Empiezo a despertar, mi cuerpo duele, siento como todo mi cuerpo es lastimado como si fuese aplastado por un edificio completo, mi vista es borrosa, mi cabeza punza como si hubiese sido bateado, me siento demasiado débil, es prácticamente imposible que logré ponerme de pie, todo me da vueltas.
Intento levantarme pero caigo torpemente saboreando la tierra. Siento que mi hombro se desintegrará en algún momento.-Detente.- me dice una voz tierna... parece familiar.
Intento voltear hacia arriba para ver su cara, pero la luz me lástima demasiado.
-Samantha, dejalo que se recupere, vuelve en un momento sigue muy débil.- escucho de otra voz femenina, lo más lógico es que fuese Abrego pero no es su voz.
¿Mi hermana en él bosque? Ella le teme demasiado.
-Sam... -Digo con en poco aliento que tengo
-Descansa, porfavor.-responde la otra voz que estaba con Sam con un tono dulce pero nervioso. Definitivamente no era la Comandante Abrego.
Volteo hacia arriba para ver con quien estaba. Vi a un ángel con un brillo verde inconfundible en sus ojos, es ella...
Intento jalar de un árbol pequeño y delgado que tenía a mi costado para poder ponerme de pie, pero lo único que consigo es sentarme y recostar mi espalda en él delgado tronco del joven árbol.-Espera a que se recuperé Marian.-Dice Sam con tono de preocupación.
-No podemos darnos ese lujo pequeña.
-Alexis se que no tuvimos un buen último encuentro pero necesitas poner atención.
Pegó un manotazo de manera débil y asiento con la cabeza lo mejor que puedo.
-Samantha dale comida a tu hermano porfavor. Chicos ustedes no han vivido la guerra, la guerra nunca empezó.
-¿A que te refieres? Respondo enérgicamente.- no pensé que pudiese hacerlo pero la impresión fue demasiada. Veo a Samantha, la observa con un interés profundo.
-Tranquilo, no te vendrá bien exaltarte tanto, yo te explicaré. Vidal tenía sueños ¿sabían? Él imaginaba un mundo unificado, lleno, donde todos fueran iguales, un mundo sin divisiones políticas o culturales, así que destruye para construir, él gran aferrador.
-¿El gran aferrador?.-respondó bruscamente
-Te explico Alexis antes de que salgas huyendo como la última ocasión...
-Tu me corriste!-Interrumpo bruscamente.
-Alexis porfavor, callate. -responde Sam acelerada.
-Gracias Sam.- Sam solo siente con la cabeza, son muy compatibles aunque noto que Sam tampoco sabe lo que Marian nos intenta explicar, a sus 15 le cuesta trabajo entender ciertas cosas.- Continuo, cuando tu padre fundo nuestra cultura éramos el ejemplo al mundo, aunque jamás quisimos que el mundo fuera igual que nosotros, hay otras grandes cultura con grandes conocimientos que no merecen desaparecer.
El sargento dirigente de la cuadrilla zalgia empezó, junto un grupo de hombres y atacó los grandes sistemas, tu padre defendió los sistemas ¿recuerdan esa parte de sus libros de historia?-Por algo mi padre ocupa el puesto en donde esta.- le respondo con un guiño y ella responde seca y fría.
-Ahora ¿tus libros decían la comunicación que tenían ambos bandos?.- intento responder pero no le intereso y me dejó sin poder hablar.- ambos comandantes de batalla no eran enemigos... Mis antepasados vivieron la realidad, ellos montaron un teatro con él fin de poder llevar sus propósitos acabo, aunque ese teatro costará la muerte real de ciertos de personas, por eso no eres bien venido en mi familia, porque tu para asesino a sangre fría a aquellas personas que hubieran dado la vida por él. Por eso abandoné mi pueblo... -lo dice mientras suelta su último aliento de aire, como si se le arrebatará él corazón.

ESTÁS LEYENDO
Cayendo A Pedazos.
Teen FictionÉl problema no es solo cuando él mundo cae, sino cuando tu caes con él.