1

41 1 1
                                    

Sus ojos se abrieron de golpe y los cerró de inmediato en cuanto lo hizo, una luz demasiado fuerte había quemado sus ojos, llevó ambas de sus manos a sus ojos, para que estos se acostumbraran a la luz cegadora, fue muy descuidado de su parte abrir los ojos de esa manera. Cuando sus ojos se acostumbraron a la luz, los abrió lentamente en esta ocasión. El techo del lugar en donde se encontraba era blanco, demasiado blanco para su gusto, miro a su derecha y se encontró con una pared pintada de igual manera y una ventana, parpadeo, tratando de ubicarse en donde podría estar, miro a su torzo, tenía sábanas blancas. Esa no es su habitación, mucho menos la de su madre, entonces debe de estar en un hospital.

La última vez que había tenido que estar en la cama de un hospital fue cuando tenía 10 años, se había roto la pierna por caer de las escaleras de la escuela. De manera rápida quitó las sábanas de sus piernas, temiendo que podría encontrarse con un yeso en una de sus piernas o pies, no había nada, soltó un suspiro de alivio, usar de nuevo un yeso era algo que no deseaba. Si no se había roto una pierna... ¿Entonces porque esta en un hospital?

Llevó una de sus manos a su cabeza, rascandola pero la retiró rápidamente al sentir dolor al momento de tocar esa zona. ¿Se ha golpeado la cabeza?, eso nunca le había pasado, por lo menos no de una manera de que haya terminado en el hospital, ¿Habrá peleado de nuevo?, o ¿solamente ha tropezado?, él sabe que no es torpe como para eso, su madre debe de saberlo. Miro a su alrededor, buscando a su madre, pero en lugar de encontrarse con ella se encontró con un chico durmiendo en el sofá de la habitación.

El cabello del chico era como el color del caramelo, su piel era blanca, casi pálida, pareciendo enfermo. Pero lo que era asombroso era su rostro, parecía tan delicado como el de una chica, pero sus cejas le daban algo de masculinidad, siendo más gruesas que la de una mujer, su piel se miraba como si fuera de porcelana bajo la luz que entran por la ventana, se dio cuenta de que el chico tenía un lunar junto a su ojo derecho, él parecía más joven que él, tal vez 2 años más joven o 3. Se pregunto si realmente era un hombre el que estaba en el sofá... ¿Pero que hace un chico en la habitación?

Él no recuerda haber visto al chico en toda su vida, recordaría a alguien como él, Eso es seguro. La habitación es privada, así que no puede estar esperando a alguien más que a él. Fruncio el ceño, tratando de recordar que había pasado antes de que estuviera en el hospital, tal vez el chico lo ha encontrado y lo llevo al hospital para ahora estar esperando a que despierte y él pueda ir a su casa. Su cabeza comenzó a doler en la parte en donde antes habia tocado por accidente, debió haber sido un golpe demasiado doloroso, agradece no recordar esa parte.

Siguió mirando al chico que seguía durmiendo tranquilamente, bajo la mirada hacia su cuerpo. Sus manos parecían más pequeñas que las de él, y tampoco parecía alguien alto. Su mirada se detuvo de nuevo en su rostro, ¿Realmente es un chico? Es más pequeño de lo que un chico sería y se mira tan delicado como una mujer. Se quitó las sabanas, dispuesto a averiguar quien es el chico que dormía, pero antes de que pudiera poner un pie fuera de la pequeña cama, el chico pequeño comenzó a moverse, parece que estaba por despertar. Se quedó quieto, observando al pequeño chico para poder descubrir de que color eran sus ojos, lo cual lo había tenido curioso hace unos minutos atrás.

El chico de cabellos caramelo bostezo mientras se estiraba, sus ojos se abrieron un poco, aún dueños del sueño y movió su cuello, adolorido por la posición en la que había dormido. El joven que se encontraba en la cama de hospital le miro con curiosidad mientras que el otro seguía tratando de despertar, el de identidad aún desconocida abrió uno de sus ojos mientras que tallaba el otro con su puño, el de cabello más oscuro agudizó su vista para poder ver de que color era la iris del otro joven. No eran verdes ni azules, parecía un color un poco más oscuro, pero tampoco eran cafeces ni mucho menos negros, abrió sus ojos con sorpresa al darse cuenta cual era el color. Gris.

Soy tu novio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora