Secreto

La cachetada dolió, volteo la cara contando en reversa para no caer en la estúpida tentación de devolverle el golpe. Ya habían pasado por eso más de una vez.

Emma seguía caminando por la habitación de hotel, chillando palabra tras otra y agitando las manos para darse énfasis, haciendo otra gran actuación en aquella película falsa que ambos llamaban relación, fingiendo ser la victima para manejar mediáticamente la situación a su favor.

-...espera a que los medios se enteren, tu carrera se va hundir....- entre los cacareos de la rubia mantenía el semblante calmo y las manos en los bolsillos, la costumbre le permitía hacer de los gritos un ruido blanco en el espacio y sumirse en los pensamientos propios.

¿Cómo había comenzado? No podía decirlo con exactitud, quizás una de las tantas veces que se encontró nervioso en el set de X men y que Hugh le alegro el día con su carismática sonrisa, una de las tantas veces que cordialmente lo invito a cenar con los demás, o cuando salieron solos y el mayor le aconsejo un par de cosas para mejorar su trabajo, no lo sabía. El punto había llegado y en ese instante Hugh Jackman le esperaba aparcado a dos cuadras del hotel mientras él seguía perdiendo el tiempo con Emma. La chica le dio otro golpe en el hombro, ni siquiera se digno a mirarla, hace meses que no la miraba ni se mostraba feliz a su lado porque siempre había un comentario ácido para sus morisquetas y expresiones, con Hugh era todo lo contrario.

No se consideraba a sí mismo como alguien serio, pero tampoco le era fácil tener desplante sin sentirse en confianza, y por duro que resultara su prometida no le brindaba un ápice de esta.

El teléfono vibro, frente a la chica lo tomo y leyó el mensaje.

"¿vienes?"

Lo dudo un momento, la mitad de los transeúntes presenciaron el inicio de la discusión y estaba seguro de que los paparazzi ya esperaban su salida para tener chismes jugosos al otro día, Evan nada tenía que perder al caminar unos metros y subir al auto, pero su amante sí. Una esposa y dos hijos adoptivos que involucrar en el banquete que los medios de comunicación se darían, toda una vida construida en base a una falsa heterosexualidad por parte del actor.

La mujer, bloqueándole la salida con los brazos cruzados lo miro despectivamente de pies a cabeza.

-si sales por esta puerta te olvidas de mi.

Perdió la cuenta de tantas ocasiones que escucho lo mismo, y es que precisamente era lo que quería, olvidarse de ella y de su toxicidad.

-asombroso- comento irónico, a sabiendas de que eso la irritaba.

Contesto la llamada entrante, dejando que la voz del hombre le calmara las ganas de mandar a volar su cordura.

-voy bajando- dijo armando una sonrisa, de esas reales.

Haciendo a un lado a su ex novia salió del cuarto, bajo los ascensores y salió del lobby dispuesto a enfrentar a la prensa hambrienta que le siguió las espaldas y lo empapelo en preguntas.

Continúo el caminar desgarbado hasta toparse con el auto de su cita, Hugh abrió a puerta del copiloto dejándose ver por los periodistas, como si no tuviese nada que esconder los saludo con la mano y dejo que Evan cerrara tras acomodarse.

-¿Qué ha pasado?- le pregunto al castaño, sacando la mano del cambio para posarla en su pierna.

- hemos terminado de nuevo- podía escuchar los comentarios y sentir los flashes sobre el auto a través de los vidrios blindados- ¿y qué contigo?

-ella ya lo sabía todo- el mayor le sonrió afable, transmitiéndole tranquilidad en una noche decisiva para ambos. Ya bastaba de revolcones en hoteles con arrancadas de madrugada, de llamadas bajo otros números y afectos disimulados, por azares del destino habían congeniado y por los mismos azares se habían enamorado como dos adolescentes, el gran Hugh Jackman y el extraño Evan Peters no podían más que mirarse y sonreír embobados por la paz que la verdad les otorgaba.

- a la mierda- dijo Peters antes de abrir la ventanilla del vehículo, enseñarles el dedo a sus espectadores y besar en los labios a su ya no tan secreto amante.