Draco no lo podía creer lo tenía todo preparado para un fin de semana perfecto, Llevaría a su castaña a una playa privada dónde la odiosa de Rita Skeeter no estaría acosandolos para fastidiar el momento que tanto había planeado.
El rubio se dejó caer en su sofá de piel, y miró la pequeña caja de terciopelo que estaba sobre la mesa de centro se sentía derrotado, furioso y muy dolido.
Y sin querer recordó cuando todo parecía sencillo en aquella torre de premios anuales donde sólo eran él y ella.~♥~
- Lo estas haciendo bien, solo tienes que practicar más y podrás tocar cualquier cosa.
Hermione estaba sentada junto a Draco, supervisando una de sus tantas clases de piano. Y el chico no podía evitar sentirse un poco culpable ya que el sabía cómo tocar, su madre lo había obligado a tomar clases de piano y dibujo, pero le encantaba pasar las tardes junto a ella y ya que era premio anual no podía alegar tener problema en alguna clase.
- ¿Qué tal si tocas algo para mi?- dijo el rubio casi en un susurro, mientras se levantaba para dejarle el asiento a Hermione.
- Está bien, esta es de mis favoritas- Y mientras tocaba Draco la miraba, no recuerda cuando tiempo estuvieron así, lo que si recuerda es que después continuaron hablando en susurros, como si no quisieran que algo molestará la paz que sentían, como si alguien fuera a escucharlos y a arrebatarles su momento.
~♥~
El rubio no hizo más que recordar aquella noche, porque a fin de cuentas era lo único que le quedaba, eso y la pequeña caja de terciopelo que, a su parecer, se volvía más grande con cada recuerdo.
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FEARLESS
FanfictionDos personas diferentes, un solo sentimiento. Esta historia es totalmente mía. Pero los personajes son propiedad de la fantástica J. K. Rowling.