Parte sin título 4

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En un lugar del desierto del viejo oeste en 1911 se encontraba un bar de mala muerte normalmente habitado por bandidos sin sueño alguno y mujerzuelas con muchas deudas, todos los dias jack, un viejo hombre de 60 años, ex pistolero famoso y ahora un boracho dueño de un bar donde se esconde de las viejas cuadrillas de vaqueros enojados, sirve todo tipo de licor tanto a pistoleros con una mano en la pistola, mujeres despechadas y a adolescentes que fueron capaces de cruzar el desierto lleno de coyotes con tal de probar un buen tequila.


Jack nunca tuvo un mal dia en su bar, digamos que siempre tuvo mucha clientela, mira que poner un bar en una pequeña ciudad al lado de las vias del tren fue la mejor idea que un viejo malhumorado pudo haber tenido, claro, sin contar que el unico burdel en 100 kilometros estaba a un lado de su licoreria, digamos que siempre podia brindar apoyo femenino a todos esos sucios hombres del desierto por solo 50 dolares mas un extra si deseaban curar heridas de bala, porque ¿Como se puede ser un bandido sin tener por lo menos un balazo en una pierna?

Era una noche fria y obscura, con una lluvia mandada directamente desde el infierno (ironia), ni los jinetes del apocalipsis se paraban ahi, la unica compañia que el viejo jack podia tener era la del viento y la del horizonte lleno de cactus y arena que aquella pequeña ventana podia brindarle, no podia regresar a casa por que su caballo estaba enfermo y los carromatos no trabajaron ese dia (Cabina para 4 personas impulsada por 4 o mas caballos, digamos que era como un taxi con literalmente 4 caballos de fuerza) asi que decidio acomodar toda su amplia variedad de licores, desde coñac hasta el mejor tequila que nadie en el desierto podria probar, acomodo todo a la perfeccion, limpio todas sus revolvers y a modo de cama puso su extensa manta de piel de oso en su silla y como buen guardia de su propia casa dejo su revolver cargada en una mesita a su mano derecha por si a algun bandido nocturno se le ocurria querer un poco de teKILLa nocturno.

Y asi fue, el viejo Jack habia caido dormido en su silla, descansando de todo a lo que disparar y servir licor concierne, bueno, ahi estaba el, abrigado por piel de oso y protegido por polvora y una maquina de matar deudores, la noche si bien no era perfecta pero almenos no estaba muriendose de frio y a caballo como Douglass y su escuadrilla.

¿Quien es ese pobre Douglass? Bien, resulta que 10 horas antes de que a Jack le pareciese buena idea dormir en su cantina, por la tarde, un grupo de desalmados fueron detenidos a medio atraco bancario por el sheriff de el pueblo en c...

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