Las extrahordinarias historias del castillo de la noche y el dia

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EL REY SOL

En hacer mi ultima gambada sobre la aspera tierra del desierto entré, el circulo de la verdad escondido vajo la invisibilidad cuyo rey governará hasta el fin de los dias de la vida, lleno de campos de girasoles, cuyo camino cortaba el paisaje primaveral, allí era, en el horizonte, donde esplendía el ancestral castillo del rey sol, cuyas torres eran tan altas que cosquilleaban el techo azul de la tierra, el castillo del rey Sol el lugar donde todo hombre sueña ir alguna vez de su vida.

El paisaje amarillo azulado que contrastaba el horizonte me producia una sensación de paz interior pero a la vez unas ganas impacientes de conocer en persona el milenario rey Sol, cuya existencia era una de las grandes divinidades de la tierra.

La personificación del astro más viejo, que a nuestras vidas nos da luz, estaba allí a menos de quinientos pasos de mi insignificante cuerpo humano, así era la leyenda, de quien encontrase al rey sol, un deseo le concedería y por dicho o desdicho que fuera, la libertad le daría, él solo una pregunta te haría, y más le valía que la respuesta lo alegraría, así era el refrán que todos conocíamos.

Empecé a andar a paso ligero sin entretenerme con mis historietillas y mis pensamientos, estaba tan emocionado de poder pedir mi deseo al rey Sol que me olvidé de mis cosas y perdí mi cartera, cuando cuenta me di delante del palacio del sol estaba, pensé que más importante que mi cartera, seria que al rey sol conociera. La puerta se abrió ante mi pequeña presencia, unas escaleras de oro vi y sin pensarlo dos veces las subí, arriba todo era dorado, sin luces, iluminado, tres puertas delante mío había y la más grande me impresionaba, siempre me habían dicho que lo mejor no era lo más grande y la tercera puerta cruce, aún que un poco la temía.

Y si, bien lo hice, creo que al rey Sol había encontrado, al final del pasillo largo sentado me esperó, era viejo y, un vestido amarillo y dorado le cubría su cuerpo arrugado con filigranas de oro su vestido lucia lo más impresionante que había, muy sabio me pareció pero su presencia me deslumbró, no era tan alto como esperaba ni tan joven ni tan guapo. Pero su cara murga y sabia, le daba el toque que me faltó en mi pensamiento pasado.

Espantado y nervioso estaba, por su presencia celestial, cuando él se alzó de su trono dorado y la mano suave y arrugada en mi cara me puso, palpó mi joven carne hasta que cuenta se dio de que una amenaza no presenciaba, ciego me pareció por sus ojos cerrados, pero con su magia puede ver lo que yo ni imaginaba.

Él me dijo: -Eres justo lo que esperaba-. Una frase que me desconcertó, él dijo. - Un joven bien plantado necesito para mi hija casar, la preciosa Cielo un


marido necesita, para cumplir su misión de reina de la tierra, y un futuro rey la tierra desesperada necesita, si es que no quieres acabar tu existencia y la de los tuyos-. Él me dijo estas palabras antes de hacerme la pregunta que yo más ansiaba.

-Que deseo te concedo antes de que el atardecer invoque a la luna, ya que ella me prohibió que más deseos concediera-. Me dijo.

Yo menos esperaba estas frases del gran Sol ya que la situación bien rara era, y mis sentidos se alteraron por el deseo que le pedí.

-Por favor muy honorable rey Sol creador de los hombres e inquisidor de la existencia, concédeme un deseo que tiempo llevo a dentro, te lo pido por mi alma que a mi mujer hagas volver, yo no soy malvado solo soy un pobre hombre que el amor quiere volver a poseer, quita a mi amada de la muerte y devuélvesela a su rey, yo soy ese hombre que a esto he venido: a recuperar el amor hacia su reina perdida, entre las sombras de la oscuridad que la muerte a reinar. El rey Sol sin ninguna expresión me dijo -Tus frases me han sorprendido, son magia que yo no puedo padecer y ninguna cosa te voy a pedir pero la condición para que tu amada vuelva a vivir es que te cases con mi hija ya que ella me va a preceder y un marido necesita. Hace miles de años que yo soy el rey y un predecesor necesita este pobre anciano arrugado para que la tierra sobreviva, yo doy luz a la oscuridad, hasta que ella me termina y si eso no quieres tú, te pido que te cases con mi hija y que seas coronado como el segundo rey sol el resto de tu vida-.

-Muy honorable Sol, sus pedidos mi honor no los puede conceder, mucho que me gustaría pero no lo puedo hacer-.

Él me respondió.-Si te casas con mi hija para siempre vivirás, y a tu amada en manos tendrás para tu eterna vida. Si no aceptas, en poco moriré y la tierra desaparecerá y tus lamentos hacia mí la muerte no te los concederá.

-Vuestra condición acepto, más remedio no me queda, con tu hija me casaré y mi amada me devolverás para lo largo de la eternidad. Pero con dos mujeres no puedo estar y esto es cosa de vida-.

Sol sonrió y de su trono desapareció para dar paso a la nueva vida, su hija del suelo se alzó y mis lágrimas no pudieron contenerse mi amada era la mujer del vestido azul que delante tenia, su hija y mi amada eran la misma, siempre creí que esta era la respuesta a la pregunta que el Sol a todos les hacía, yo hice bien de aceptar, para recuperar a mi amada y pasar con ella mi eterna vida. Magia hizo el Sol, igual que mágica hizo mi vida.


PINK

22-8-2016




El rey sol: inencontrableWhere stories live. Discover now