Mi Hermanastro

El gran día

Narra Brittany.

Estábamos en la ciudad de Los Ángeles, era demasiado temprano. La boda se aproximaba. Tome las llaves de mi auto al ver como Austin aun dormía como un bebe, lo sé se supone que la novia y el novio no se pueden ver antes de la boda pero ¡Por favor! Eso para mi es imposible.

Tome aire antes de bajarme del auto y sentí una sensación que invadió todo mi organismo, camine hasta donde estaba mi madre y puse las flores encima de la lapida. Me quede en silencio simplemente recordando cada momento con ella, se que estaría orgullosa de mi, estaba segura.

-Lo logre mamá –mencione al fin.

Esperaba una respuesta pero solo me quede con las ganas.

-Ahora soy un agente de Policía en cubierto, sabes que amo eso. Mi padre y yo nos llevamos de maravilla, encontré al amor de mi vida y hoy es mi boda. Como desearía que estuvieras aquí. Te echo tanto de menos, me haces tanta falta. Te recuerdo cada minuto del día, ¿sabes? Austin te encantaría para mi, es el mejor chico que he conocido en mi vida. Pero claro tal vez eso tu ya lo sabes, sé que desde arriba me cuidas ¿no es así? Siempre lo haces, siempre dijiste que ese era tu trabajo. 

No me importaba parecer una loca hablando sola por que yo misma formulaba las respuestas de mi madre en mi cabeza, sabia que ella estaba conmigo de alguna manera u otra, ella siempre estaba conmigo. Estuve muda por un rato mas, y unas cuantas lagrimas traicioneras recorriendo mi mejilla.

-Me tengo que ir mamá se me hace tarde, no faltes. Te extraño y te amo para siempre –mire por ultima vez el nombre de mi madre escrito ahí y luego sonreí haciéndome la fuerte.

Iba camino a la casa de mi tía, no quería estar sola en el salón de belleza y nadie mejor para acompañarme que mi hermosa prima y Ale, mi teléfono timbro y me estacione por ahí para poder contestar.

-¿Hola? –respondí.

-Amor ¿Dónde estas? –pregunto Austin casi gritando.

-Tranquilo, vine a ver a mi mamá –dije entre un pequeño suspiro.

-Oh perdón, ¿estas nerviosa? –cuestiono, eso mismo me pregunto antes de pedirme matrimonio.

-Un poco, pero ahora estaremos juntos antes Dios –sonreí.

-Nos vemos en el altar –menciono con un tono tierno.

-Ahí nos veremos –mordí mi labio, nerviosa.

Llegue a casa de mi tía Beth haciendo sonar el claxon, Briana salió corriendo emocionada entre brincos, a la chica solo le faltaba un año para terminar su carrera como bailarina profesional.

-¿Ya llego mi papa? –pregunte interesada.

-Solo a la ciudad, en un rato mas llega a casa –dijo ella antes de subir al auto.

-De acuerdo, sube tenemos que ir por Ale –dije animándola a subir.

-No puedo creer que hoy es el día –mascullo mi hermosa prima mirándose por el espejo.

-Algún día tenia que llegar –dije mirándola rápidamente.

-Esto es tan emocionante –inquirió dando un aplauso.

Llegamos a casa de Liam, su viejo hogar y no podía perder la oportunidad de ver a mi mejor amigo, a quien siempre estuvo ahí para apoyarme. Liam.

-Hoy te casas, vaya –Liam me miro de una manera especial.

-Es lo mejor que me ha pasado en toda la vida –dije sujetando sus manos.

-Felicidades –mascullo fuerte y claro.