Tortilla de Espinacas

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Después del desengaño amoroso yo tonteaba con un muchacho que conocí en la feria los meses anteriores. Su nombre era Bernardo y tan sólo era un año mayor que yo.
A cada poco nos peleábamos pero siempre venía en mi busca.
Yo no le quería tanto, no era un amor desorbitado. Sólo un poco de atracción y para que mentir, me aterraba volver a quedarme sola.
Se metía conmigo y yo me cabreaba pero como un corderito él volvía a mí.
Y como una subnormal,
Yo lo perdonaba.
Sigo.
Bárbara se había vuelto muy amiga mía y Ana... bueno, ahí íbamos aguantándonos para no pelearnos, así que en vez de pagarlo con ella lo pagaba con Alejandra que me sacaba de quicio.
Era un pija odiosa, malcriada y resentida.
Y yo discutía con ella diciéndole cosas como... desquiciada, amargada, loca... etc.
Me divertía, para qué decir que no.
A lo que iba, el grupo de Bernardo constaba de 3 chicos y 1 chica. La chica, María, se hizo muy amiga mía y un día quedamos para salir María, Bárbara, Ana y no. Pero nos encontramos con Bernardo y los demás.
Empezamos a hacer el Tonto, cosa lógica de la edad del pavo, pero ocurrió un pequeño imprevisto...
¿Recordáis que tuve un accidente? ¿Recordáis mi aparato? Pues ese día falló, se me salió la rodilla y me caí en mitad de la carretera.
Unos viejos que  venían cruzando la calle, empezaron a regañarle a los chicos como si hubiese sido su culpa.
Bernardo me ayudó a levantarme y me acompañó hasta mi casa.
Me gustaba, si, era caballeroso, cuando quería.
Pero todo un cabron y lo comprenderéis cuando os cuente lo que me pasó más a delante...

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⏰ Última actualización: Aug 23, 2016 ⏰

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