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Miraba la ventana, con lágrimas de odio en los ojos.

Todo a mi alrededor se había esfumado y solo quedaban mis pensamientos que me decían palabras sueltas, "Traición" "Odio" "Abandono" "Muerte" "Soledad...

Travis, consolaba a Madison y Alicia se limitaba a estar inmóvil en una esquina de la habitación con las manos en la boca. Por mi parte fui echando rabia hacia la habitación donde me hospedaba, me tomé la cabeza con ambas manos y me lancé a golpear la cama, saqué de mi mochila un retrato. En el estábamos mamá, Travis y yo un día de camping a los catorce años, riendo y siendo felices, algo que se acabó el día que ellos comenzaron a pelear. Miré el retrato con lágrimas y lo lancé contra la pared, estrellándolo y viendo la foto adentro de los pocos vidrios que aún se mantenían alrededor del marco. Me acosté en la cama con lágrimas aún en los ojos, pero algo me sacó de mi lamento, gritos que yo reconocía perfectamente.


-¡SYA! ¡NO, NO A ELLA! ¡NO ESTÁ INFECTADA! ¡HAGANLO OTRA VEZ POR DIOS! ¡LLEVENME A MI POR FAVOR, NO NO! ¡SYA! ¡NO ME HAGAN ESTO! ¡ELLA NO ESTA INFECTADA NO LO ESTÁ! ¡POR FAVOR!- esos gritos reconocibles, mezclados con llanto.


Me levanté de la cama y abrí la puerta en un abrir y cerrar de ojos, corrí hacia la entrada y con la mirada de Madison, Alicia y Travis corrí a la calle viendo como los militares retenían a una Violet llorando intentando zafarse y gritando cosas contra los hombres vestidos de verde. Estaban subiendo a su rubia mejor amiga al jeep de los brazos, lanzándola como infectada. Me quedé estupefacto, mirando la escena y viendo como al irse el jeep Violet se cae de rodillas al suelo tomándose la cabeza mientras llora y apoya los codos en el pavimento de la calle.

Me intenté acercar pero al verme ella salió corriendo a lo que sería ahora, su casa solamente. Sin otra opción volví a la casa que estaba la puerta abierta de mi salida inesperada, ignoré a todos y volví a la habitación.

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Me desperté a la madrugada, tuve pesadillas y no podía continuar ahí. Era extraño sin Nick, extrañaba despertarme por sus quejidos y decirle que se callara, eso era algo que ya se me había hecho costumbre.

Me levanté y fui hacia la cocina, no había nadie y eso me beneficio porque no quería hablar. Saqué de la heladera una cerveza, jamás bebí pero esa era una excepción. Tomé lo poco que quedaba y la tiré a la basura, luego me subí al techo mirando las estrellas, cerrando los ojos y dejando que los pensamientos me abrumen. No se oía ningún ruido, pero eso en vez de tranquilizarme me inquietaba, era como si yo estuviera solo, sin nadie a mí alrededor... algo que prontamente iba a pasar. Me bajé del techo, no me sentía con ánimos de nada, así que me limité a caminar por la calle mientras que la mayoría de la custodia militar se había ido o estaba descansando. Miraba hacia el piso, ya que todo estaba sin luz, minutos después elevé mi cabeza y como si mis pies supieran, estaba enfrente de la casa de Violet y Sya o actualmente de Violet.


Me quedé unos minutos mirando a un punto fijo pensando, pero unos sollozos me hicieron salir de mis pensamientos, venían de la casa y debía ser Violet llorando por su amiga. Estuve en una lucha conmigo mismo, no quería compartir tiempo con nadie ahora, pero ella estaba desolada e igual de sola que yo.


Toqué la puerta suavemente pero nada pasó, solo los sollozos se seguían escuchando. Toqué de nuevo y ahí fue cuando oí una respuesta, pero no dirigida exactamente a mí.


-Váyanse... déjenme en paz, Sya ¿ahora yo?- dijo la chica con una voz ronca, quizá de tanto llorar.

-No soy un militar.- contesté con una voz cortante y ronca por el haber dormido hasta hacía unos minutos.

El silencio era notorio, al parecer no lo esperaba. –Vete, no tienes nada que hacer por aquí.- comentó cortante e intentando no llorar.

-Sé que te pasó, déjame pasar.-

-¡Te dije que te fueras! ¿¡Me tienes lástima?! ¡Ahórratela! ¡No la necesito, justo de alguien como tú! ¡Vienes para que no llore y todo siga como antes, no?! ¡PUES VETE, VETE A LA MIERDA CHRISTOPHER!- gritó estrellando algo que hizo un estruendo bastante grande.

Tragué saliva, espere unos segundos y respondí a sus gritos con dos palabras. -Estoy... Solo.-

-No te entiendo... no entiendo nada, no quiero entender. Solo quiero saber... no estaba infectada, no lo estaba.- sollozó.

-Pensaron que estaba infectada... lo mío se basó en voluntad propia.- me forcé a decir con un nudo en la garganta. Esperé unos segundos pero nada pasaba –Estoy solo, nada mejoró desde nuestro encierro. Estamos igual que los humanos fuera del "área segura"... a excepción de que son humanos los que nos matan, somos un rebaño de malditas ovejas...- dije soltando un poco de ira con calma.

Pocos segundos después me cansé y abrí la puerta, ahí estaba ella sentada en el suelo con los brazos alrededor de sus piernas y la cara escondida entre el hueco de los brazos. Pero un pequeño rastro de sangre bajaba desde la muñeca al codo haciendo Zig-Zag.

-¿Qué es eso?- pregunté mientras miraba la sangre correr. Y como no obtuve respuesta suspiré y me senté a su lado.


La casa estaba hecha un desastre a mi punto de vista; jarros, libros y muchas cosas más tiradas o rotas. Junte mis piernas y pasé mis brazos alrededor de ellas, la respiración de Violet era pesada, estaba llorando aún.


-Violet...- la llamé, pero no obtuve respuesta –se llevaron a mi madre, la única persona que me quería de verdad en este mundo y en el anterior. Mi padre jamás me amó como mi madre lo hizo, ella... ella siempre se preocupó por mí, en cambio Travis... Travis jamás hizo lo que mamá, y nunca logrará remplazarla. Dicen que las personas que van allí no vuelven... se fue Nick, el hijo de la novia de mi padre, ella está devastada y su hermana también. Pero se lo llevaron a la fuerza, mi madre... no tenía nada, se fue... por una maldita voluntad propia ¿comprendes eso?- una lágrima cayó por mi mejilla -¡Es una mierda! ¡Todo es una mierda! ¡¿Y tú?! ¿Piensas que eres la única sola en esta mierda de mundo? ¡Nadie me quiere, la única persona que me quedaba se fue! ¡Sin siquiera previo aviso! ¡Me dijo que me amaba desde su maldita camioneta y, y...- mis ojos derramaban lágrimas sin parar y mi pecho bajaba y subía. Iba a seguir pero unos brazos me envolvieron en un cálido abrazo, el cual poco tiempo después reaccioné y respondí.

-No estás solo...- me estaba susurrando mientras me abrazaba –tranquilo... no te dejaré, lo prometo.-

I'm Paralyzed// Chris Manawa FTWDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora