Capítulo 5

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Despertó en su cama, intentó incorporarse pero un intenso dolor de cabeza la obligó a volver a su posición inicial.

-¿Ahora que va a pasar?- se preguntó con una mano en su cabeza intentando calmar el dolor.

Observó detenidamente su habitación, parecía estar como siempre, cada cosa en su lugar tal como lo recordaba. Luego de acostumbrarse al dolor, hizo un nuevo intento por levantarse, con cuidado caminó hacía la puerta, por unos segundos temió abrirla, no sabía si se encontraría con el Apocalipsis o una invasión alienígena, ya cualquier cosa era posible. Cuando al fin se decidió a salir se encontró en el pasillo a su familia entera, todos instalados como si se tratara de un campamento de verano.

-¡Akane, hijita nos tenías tan preocupados!- comenzó a llorar Soun colgándose de ella.

-Akane que bueno que despiertas, ¿cómo te sientes?- le preguntó Kasumi acercándose con una sonrisa.

-Tendrás que proporcionarme muchas fotos para pagarme los gastos del médico- comentó Nabiki fingiendo desinterés.

-¡Al fin despertó, ahora vamos a comer!- exclamó Genma.

Lo siguiente que escuchó fue el crujido de muchos huesos y una serie de alaridos de dolor. Al dirigir su mirada al lugar de donde provenían los lastimeros sollozos, se encontró a Ranma viéndola con alivio, mientras usaba a un vapuleado Genma como tapete. Quiso decirle algo, pero pronto fue arrastrada al interior de la habitación por su familia, una hora más tarde, luego de la avalancha de preguntas acerca de cómo se sentía y comentarios sobre de las tonterías que había hecho Tofú cuando Kasumi estaba cerca, alguien tuvo el buen tino de invitar a la familia a retirarse para que la chica convaleciente descansara. A pesar de escuchar a su padre lamentarse todo el tiempo por la terrible enfermedad que casi le roba a su pequeña, nunca preguntó que había pasado, conociéndolo seguramente sólo fue un poco de fiebre, de todas formas sólo estaba de paso allí, así que no importaba mucho.

-Sólo de paso... ¿me pasaré la vida entera saltando de un lugar a otro sin control?- se preguntó comenzando a deprimirse.

Pasó un par de horas en la soledad de su habitación durante las cuales no pudo dejar de darle vueltas y más vueltas al asunto, todo se había tornado tan extraño e impredecible. En esos momentos estaba oficialmente muerta de miedo, sentía que no importaba cuanto se esforzara, su vida continuaría sucediéndose pero ella no podría decidir absolutamente nada, verse llevada por la corriente, yendo hacía el rumbo que su vida le marcaba y no al contrario como debería ser, no era nada comparado con conocer desde el inicio el desenlace que todo tendría. Ranma simplemente no podía morir, no mientras ella tuviera una gota de conciencia, no mientras ella aún respirara. Si lo analizaba con detenimiento, esa escena en el cual se encaminaba a esa maldita tumba, había sido diferente a las demás, en esos momentos era como si no hubiera sido ella misma, como si ese no hubiera sido más que un sueño, o una advertencia de lo que sucedería. Tal vez, sólo tal vez, esa era la clave, tal vez si lograba modificar ese funesto futuro el resto de esa locura acabaría, y aunque no fuera así, ella lo salvaría, estaba decidida, lo protegería hasta de sí mismo si era necesario.

Contuvo las lágrimas que obstinadas luchaban por salir, no era momento de llorar, era momento de actuar. Fue hacia su armario en busca de ropa de calle, buscaría a Cologne e intentaría sacarle algo de información, esa anciana parecía saberlo todo sobre absolutamente cualquier cosa, tal vez pudiera aclararle el panorama. Estaba tan inmersa en sus pensamientos que no calculó bien la distancia y acabó golpeándose la frente con la puerta del mueble. A pesar de sus esfuerzos por recobrar estabilidad, acabó cayendo de bruces al suelo.

-¡¿Porqué siempre la cabeza?!- gritó al aire en medio de un sollozo, definitivamente el universo estaba en su contra, sin poder soportarlo más se largó a llorar como niña pequeña.

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