Recuerdo Recuperado

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Liam sabía que algo andaba mal, tenía vagos recuerdos de personas cuya relación con sí mismo no recordaba. Pero estaba un 82% seguro de que conocía a esas personas.

A uno en especial, un tal Peter. Con el cual soñaba todas las noches, como si repasara viejos recuerdos que habían sido enterrados debajo de muchas capas de su memoria. Y, por lo que recordaba, eran algo más que amigos.

En un principio creyó que estaba enloqueciendo. Pero todo lo que pudiera creer sobre el tema quedó descartado cuando los monstruos de turno atacaron.

Cuatro ginetes a caballo que se llevaban a la gente y luego se llevaban los recuerdos de esa gente a la que arrastraban con ellos. El rubio no tardó mucho en unir cabos y sacar una conclusión: Esos ginetes le habían robado a aquél hombre.

Desesperado por salvar a las personas desaparecidas y recuperar a los que él mismo había olvidado, cometió una locura. Revivió a la persona en la que menos debía confiar y, casi sin otra opción o idea, confió ciegamente en él. Recordaba que alguien alguna vez le había dicho que ese chico no era uno de los buenos, pero momentos desesperados requieren medidas desesperadas.

Lo habían conseguido, con ayuda de Theo Raeken habían vencido a aquellos ginetes y poco a poco los recuerdos habían comenzado a volver.

La manada se había reunido en casa del Sheriff, luego de que Stiles regresara y con él los recuerdos. Pero Liam había rechazado la oferta, desesperado por buscar a aquél hombre al cual aún no recordaba bien.

Por alguna razón, su instintos le dijeron que en el viejo Loft de Derek encontraría alguna respuesta. Aunque lo que en realidad se encontró allí fue una sentencia de muerte.

Había sido demasiado confiado, se había quedado de espaldas a la salida observando la vista a través del enorme ventanal. Tan concentrado que no notó una segunda presencia hasta que escuchó el seguro de un arma siendo quitado.

No se dio la vuelta, sabiendo exactamete de quién se trataba. Por lo que solo suspiró y relajó los músculos, manteniendo la vista en la ventana.

— ¿Tan cobarde eres, Raeken? –Preguntó suspirando.

— ¿Dónde está la espada de la Kitsune?

El rubio por un segundo no procesó la pregunta, pero entonces recapasitó y entendió a qué se refería.

— ¿Para qué vas a querer la espada? –Preguntó aún sin voltearse.— No podrás manejarla.

— Por favor, soy mucho más fuerte que tú, y obviamente tengo mucho mejor control –Presumió el chico Quimera.

— Se requiere mucho más que eso.

— ¿Sabes qué? Me da igual que me digas dónde está, podré encontrarla solo –Theo sonaba harto.— Así que simplemente te voy a disparar.

Liam le echó un vistazo al pueblo desde la ventana y clavó la vista en el punto donde sabía que se encontraba la casa de Stiles. Donde toda la manada seguía reunida. Luego de eso, se volteó.

— Mírame a los ojos cuando me mates.

Theo no pareció dudar, le apuntó directo a la cabeza y sonrió de manera maniática.

— Hasta nunca, Liam.

El mencionado cerró los ojos cuando vio el dedo del otro tenzarse contra el gatillo. Escuchó un grito de dolor, un disparo y luego nada.

Cuando volvió a abrir los ojos sintió como si la cabeza le estuviera dando vueltas. Frente a él venía una enorme sombra, además, le zumbaban los oídos.

Dejó caer su rostro a un lado y comprobó con asombro que Theo estaba en el suelo, tirado en un charco de la que suponía era su propia sangre. Ya que una buena cantidad de esta brotaba de la garganta rajada del Quimera.

— Liam, mírame –Escuchó que le pedían, aunque la voz sonaba demasiado alejada.

Se llevó una mano al oído y sintió como sanaba una herdida que tenía al raz de la oreja. Esa bala si que le había pasado cerca.

Dos manos cayosas le cogieron el rostro y le hicieron mirar hacia arriba. Esto le ayudó a enfocar su anteriormente borrosa vista.

Entonces, fue como si una oleada de emociones le hubiera invadido. Frente a él se encontraba aquél hombre al que había visto en sus sueños, al cual ahora recordaba completamente.

— Eres tú –Dijo en un susurro.

— Maldito seas, niño –Gruñó el mayor.— No vuelvas a asustarme así ¿Me escuchaste? ¿Y qué mierda fue eso de mírame a los ojos cuando me mates? Eso fue un maldito intento de suicidio, si vuelves a hacer algo así te voy a...

Peter se quedó callado de repente, ya que Liam se levantó de golpe y rodeó su cuello con sus brazos. Atrapándole en un abrazo del que el mayor no se iba a poder soltar.

— Gracias al cielo estás bien –Le dijo el rubio de repente, jadeando por estar al borde de las lágrimas.

Peter no sabía muy bien qué hacer, por lo que simplemente rodeó su cintura con los brazos y le acercó más a su cuerpo. Por poco y subiéndolo a sus piernas.

Liam se aferró aún más a él, temiendo que si le soltaba algo fuese a ocurrir y pudieran quitárselo de nuevo. No quería que nadie le arrebatara a Peter Hale.

— Hey, tranquilo pequeño.

El pelinegro ya se estaba preocupando, ya que el corazón de Liam parecía que fuese a explotar.

— Estás bien, Liam. Todo está bien –El Hale hablaba con voz suave, casi melosa.— No voy a dejar que nada te pase.

(...)

Para cuando la manada llegó, pues habían sido llamados por Peter. Liam estaba inconsciente en el regazo del mayor, el cual le observaba como si estuviera cuidando el objeto más frágil del mundo.

Scott y las chicas estaban sorprendidos, por su parte, Stiles sonreía ampliamente. Feliz de que finalmente Peter se hubiera reencontrado con el beta. Dios, había sido una tortura escuchar al mayor quejarse de cuanto extrañaba a Liam cuando ambos en esa especie de carcel de los olvidados.

NOTA DE LA AUTORA:

Más fluff, no sé qué me pasa ultimamente con el fluff. Pero bueno, ando sensiblona :v serán las hormonas o algo de eso.

Piam One-ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora