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Como cada mañana me lavanto con el típico dolor de cabeza y los ojos inchados después de haber llorado la noche anterior, pequeños fragemnetos de lo que sucedió aparecen y sacudió la cabeza para no pensar en ello

- Nuevo día, lo que pasó ayer es pasado

Todas las mañanas me susurro lo mismo, igual est vez sea diferente y realmente sea un nuevo día

El suelo como la habitación están realmente heladas seguramente a mamá se le habrá pasado pagar la electricidad otra vez, creo que llevamos 2 semanas sin electricidad, mentiría si dijera que uno se acostumbra

Me visto con lo primero que veo en el pequeño armario cojo mi bolso y salgo haciendo el mínimo ruido hacia clases, primer día de instituto y ya quiero tirarme de los pelos

Nos mudamos a Francia ayer por la tarde, cuando mis padres me dijeron que nos mudariamos no me importó mucho ya que no tengo amigos ni a nadie a quien echar de menos.

La primera vez que nos mudamos tenía 10 años cuando fuimos a España, la segunda a Inglaterra pero duramos poco tiempo allí y ahora al norte de Francia, exactamente en Cannes.

Ha decir verdad es una ciudad muy bonita aunque, prefiero el clima de Inglaterra el frío de invierno y la primavera allí eran maravillosas, no puedo quejarme del calor de aquí, el salir por la mañana con un abrigo y llegar a casa con una camiseta es una de las cosas que me costará acostumbrarme

Al llegar al instituto me pongo un poco nerviosa por todas las miradas curiosas puestas en mi nunca me ha gustado ser el centro de atención y con los años lo llevo peor, me pongo los audífonos y la música a tope entrando por la puerta principal

La verdad esto es muy grande los pasillos parecen no tener fin, las taquillas por cada esquina me recuerdan a las típicas escuelas americanas, en silencio y con la mirada gacha me dirijo a dirección a por mi formulario

Cada paso que doy siento que la gente se gira a verme y es bastante estresante, llego a mi primera clase la verdad no sé de qué es sólo me siento lo más lejos posible rezando porque nadie note mi existencia

A los quince minutos de empezar la clase la puerta es abierta con demasiada efusividad y de ella entra una chica morena con las mejillas sonrojada y varios cuadernos en mano, se disculpa en voz baja mientras va buscando un sitio donde sentarse justo delante mío, veo como me mira con las cejas un poco arqueadas pero no dice nada más

Después de dos horas me siento completamente exhausta de escuchar al profesor, suena la campana y todos salen con la mayor rapidez posible y yo soy uno de ellos no sé a donde dirigirme, en la hoja pone que tengo hora libre hasta la comida asique me voy al comedor

Pido una ensalada que no voy a comer y me siento en una mesa de cuatro plazas y espero al final de clases

La campana vuelve a sonar por tercera vez y veo a gente entrar al comedor hasta que está se llena de gente y mucho ruido, aún con los audífonos puestos oigo todas las voces eufóricas de la gran mayoría

Unos salen y otras entran y así varios minutos seguidos, algunos comen dentro otros en los jardines, reunidos en grupos, la mesas de cuatro ahora son de ocho, y las de seis ni contar, todos menos la mía una mesa de cuatro para mi sola

Suspiro varias veces mientras cambió de canción, miró la hora y aún quedan veinte minutos para la otra mitad del día, apoyo la cabeza en mi mano y cierro los ojos unos minutos hasta que siento a alguien frente a mi

- Hola puedo sentarme?

Asiento sin hacer mucho caso y sigo a lo mio, paso una canción detrás de otra, resulta que ahora ninguna me llama la atención

Como un sueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora