Karamatsu desperto cuando el duo de rojo practicamente lo arrojo por la ventana. Pobre cosita azul. Nunca lo trataban con amor.
-¿Donde estoy? ...¿Por que me duele el culo?- pregunto sobando una de sus nalgas, donde recibio el impacto de la caida, con cierto temor. Osomatsu era raro y estaba desesperado por dejar de ser virgen. No le sorprenderia si lo hubiera vendido a cambio de ...
Un grito, nada masculino, salio de su garganta. Ya podia imaginarse lo que pasaria.
Para ese momento el ruido de las llaves en la puerta solo lo hicieron asustar mas. Se tapo la boca y miro a todos lados buscando donde esconderse. ¿Por que no en el armario? Muy simple. ¿Bajo la cama? Tipico. ¿En el techo? Claro.
Ahora..¿como subia hasta ahí?
Para cuando Karako entro se encontro con un joven de azul colgando del techo boca abajo.
Su primera reacción fue sorprenderse. Luego asustarse. Y despues llorar.
Era una bola de emociones incomprensibles.
Queria llorar de alegria al ver de nuevo a Karamatsu, reir de lo "macho" que se escucho ese grito, preguntar que carajos hacia ahí y seguir llorando porque probablemente todo terminaria mal.
-¿Karamatsu?- llamo la morena.
-¿Quien eres?- No conocia a la chica frente a él. No tenia ninguna memoria de ella. Y sin embargo hacer esa pregunta fue doloroso. Verla dolia. Tenerla frente a si y no poder abrazarla dolia.
Y a él le decian doloroso. Ella era dolorosa. Dolorosamente bella. Dolorosamente encantadora.
Dolorosamente desconocida.
-¿En serio? ¿No tenias otra pregunta que me dañara mas?- murmuro con la mirada baja- Soy Karako. No te deberias acercar a mi. Solo quedate asi. Sin conocerme estas mejor- declaro.
-No quiero. No se porque- confeso el mayor- Tenemos una hora...¿quieres jugar a matar zombies? Nada te dice tanto de una persona como matae zombies lado a lado- declaró recordando que frente a la plaza habia un lugar lleno de videojuegos y otros tipos de entretenimientos familiares.
La chica sonrio.
¿Renunciar a los poderes indescriptibles que toda su vida se esforzo en controlar o renunciar a una vida con el idiota mas adorable del mundo?
-Es dificil de creer. Con lo genial que pme veo en este perfect fashion. Soy el peor pretendiente del mundo. Pero creo que por primera vez puedo desearle a alguien, sinceramente, lo peor. ¿Me dejaria cortejarla joven dama? Dejando de lado el que no nos conozcamos- Karamatsu tomo la mano de Karako y deposito un suave beso en ella.
-Te quiero. Lo se. Pero no de ese modo. De momento. No. Esto no es una pelicula cursi donde se dicen te amo y todo termina bien- la chica susurro sintiendo lo calido de la mano de Karamatsu.
Era imposible pensar en perder ese calor.
Karamatsu y la respetada madre que te pario. ¿Por que tienes que ser tan facíl de amar?
No es justo.
Se necesitaba mas de una simple hora para tomar una desicio...
-Disfrutare conocerte hasta el mas minimo detalle. Memorizare cada mueca que hagas cuando estes confundida. Robare tus tristezas. Grabare tu rostro sonriente eternamente.Te esperare todo el tiempo que deba, Karako. Y te amare mientras tanto. Y despues. Y despues de eso. Incluso aunque desaparecieras y olvidara hasta mi propio nombre... recordaria que te amo.
Karmatsu. Doloroso Karamatsu.
-Eres el peor. Definitivamente eres el peor- aseguro la chica.
-Te deseo lo peor entonces- confeso el de azul.
A la mierda. No queria una vida sin ese idiota.
Y de todos modos su magia podia darsela a Osoko. Tal vez. Podia hacer lo que quisiera. ¿A quien le importa? Habia cosas mas importantes.
Ser feliz. Por ejemplo.
En este puto mundo no se sabe que pasara en un futuro. Pero disfrutar las cosas buenas mientras ocurren es lo mejor.
Conocer a Karamatsu no fue tan malo.
Terminara en un romance o en una amistad era algo maravilloso. Siempre seria algo bueno.
A menos que se volviera un zombie o se contagiara de los Kagamine "muertes locas".
A la mierda. A partir de ahora su mundo estaba....full of Karamatsu.
Fin.
No se. No quiero que sea mas largo. Y me gusta dejar un final abierto.
Odienme. (?)
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Full Of Karamatsu.
FanficEncontrar a la primera Karamatsu girl fue una bendición. Ya lo que vino despues fue un desmadre. En un mundo donde todos aman a Karamatsu y solo los Matsuno recuerdan el orden original de las cosas, todo puede pasar. -¡Ayuda! ¡El mundo me duele...