Cuando yo era pequeña mi madre a veces aparecía por casa con un libro especialmente interesante, tal era su interés en el libro que a veces decidía no comer para no dejar de leerlo. Luego un día me dejó sus libros de Los cinco de Enid Blyton y empezamos a leerlos juntas. Nos enganchamos tanto que pasábamos toda la tarde leyendo y mientras comíamos especulábamos sobre qué pasaría. En ese momento no le daba mucha importancia, sin embargo ahora se lo agradezco. Estoy segura de que me gustaría leer, pero desde luego no lo disfrutaría tanto.
¡Gracias, mami! :D
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Risas para lectores.
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