Querido diario:
23 de septiembre del 2015
Jamás me había sentido peor en la vida.
Mi mejor amiga, la persona a quien confíe toda mi vida íntima y quien decía amarme, era toda una maldita mentirosa.
Pero¿quien era yo para decirle mentirosa? ¿acaso yo era tan mala persona como ella? ¿que pasaría si dijese la verdad?
En estos momentos me siento incluso peor que el año pasado, cuando mi mejor amigo rompió mi corazón en millones de pedacitos.
Las cosas están cambiando, y yo no puedo frenarlo, incluso, tal vez, no quiero.
Las mentiras ya no se sienten tan bien.
Alicia.