"A través del cristal" (Continuación)

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Toda Inglaterra estaba a punto de presenciar una de las peores catástrofes después de la segunda guerra mundial.

-Lo recuerdo bien...- Integra la líder de la familia Hellsing a sus cuarenta primaveras se veía como una mujer de 20 años por el entrenamiento que hacía con el esgrima, dejó escapar un suspiro con el tabaco de su puro -Esa ocasión todo lo que quedaba del "Tercer Reich" nos atacó con todo lo que tenía. Los zeppelines llegaron por el Támesis haciendo volar todo el país, miraba como Londres ardía, era como ver el infierno, jamás había visto algo así, por primera vez no sabía qué hacer. En esos momentos sentí la voz de mi fiel sirviente en mi mente- Integra se quitó los anteojos -Él me dijo así: "Usted sabrá qué hacer, lo lleva en la sangre mi querida ama, no se detenga por un simple contratiempo". En ese pude sentir su mano en mi hombro, su voz la logré oír cerca de mi oído y su boca estaba cerca de mi cuello. Él estaba ahí como de costumbre apoyándome y dándome consejos en los malos momentos, a pesar de que estaba aún en el Mediterráneo sentía su fría presencia arropar mi calor- se levantó y miró por su ventana era luna llena, buscó otro puro y lo encendió, inhaló y exhaló tabaco dejando escapar un suspiro largo y melancólico -Pero eso fue hace mucho ¿Cuánto tiempo más Alucard? ¿Cuánto más estaré aquí esperándote?- salió de su habitación caminó con su puro hacia la azotea, su gabardina verde parecía bailar con el aire frío de Londres. Integra comenzó a sentir una brisa que le hizo poco a poco perder la conciencia -Ah... pero qué- su aliento disminuyo tanto para que después de un suspiro entrará en trance. Integra cayó como una hoja que cae de un árbol suave y fría a la vez, unos brazos detuvieron su caída.

Ella pudo distinguir esa fría escencia era la de Alucard -Eh ¿Dónde estoy?- -En la fría nada mi querida ama, aquí es donde estamos- Integra intentó incorporarse en los brazos de su fiel sirviente -¿Cómo llegaste aquí Alucard?- -¿Cómo llegué aquí? Yo estoy en todo Integra, tus suspiros, en las veces que tienes ganas de gritar- ella atónita no sabía qué hacer a pesar de que todo lo que dijo él era cierto, lo único que pudo hacer fue acariciar su mejilla -Es que realmente te extraño, a habido ocasiones en las que no sé qué hacer, hasta ahora creo inconscientemente bebo y bebo a más no poder- bajo la mirada -¡Shh!...- la calló un momento -Como te dije anteriormente yo estoy en todo, y siempre estaré contigo. Él que te provoca sueños placenteros soy yo, él que te da brisas frías en tus tristezas y penas soy yo, tú eres mía y yo soy tuyo, pero aún no puedo regresar, necesito terminar una última cosa- -¿Por cuánto tiempo?- -No lo sé- -Entonces volveré a estar sola- -No, estoy a tu lado siempre lo eh estado, aunque no me reflejé en un cristal aquí estoy- ella le tomó de su rostro con sus dos manos -¿Lo prometes?- -Lo prometo- Integra acercó poco a poco sus rostros a la altura de los labios para que ella guardará un recuerdo aunque sea antes de que su fiel sirviente se marchará de nuevo, antes de que se dieran el beso que rompería la tensión entre los dos, Integra despertó en su alcoba respiraba agitada y profundamente -Parece ser que tuvo una pesadilla Integra-sama- Seras Victoria estaba a su lado -Sí, creo que solo fue eso, una pesadilla...- -Bueno hay muchas cosas que hacer, así que vístase y veremos las labores del día- Seras abrió las cortinas de la alcoba de Integra, Integra estando un poco triste buscó algo en su cama y encontró algo muy particular eran los anteojos de Alucard, así lo que pasó ésa noche fue real, Integra se echó a llorar de alegría, se puso los anteojos y pudo mirar a su fiel sirviente "-Te dije que siempre te miraría a través de un cristal así que lo único que puedo hacer es esto, dejarte mis anteojos, nos veremos, adiós.- la imagen de la ilusión de Alucard desapareció e Integra se levantó de su cama y miro por la ventana mirando hacia abajo donde estaba el calabozo -Aquí te esperaré. Y gracias Alucard, sé que no puedo verte a través de un cristal pero sí en mi mente, nos vemos- una de sus lágrimas caía al barandal de su penthouse.

Fin... >u<.


Ángel MíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora