Melodía

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Los días transcurrieron luego de que ambos aclararan sus sentimientos y los malos entendidos generados por temores. A lo largo de éstos, Loki pasaba la mayor parte del día encerrado en su departamento trabajando en su composición a la cual le encontraba miles de posibilidades para ser continuada pero que, sin embargo, ninguna acaba de convencerle. Este dilema era centro de su desesperación al grado de volverse una obsesión que le robaba el sueño y la tranquilidad, misma que ocultaba en cada llamada recibida por parte del rubio a quien, con su habitual serenidad teñida por un toque de sarcasmo, le rogaba no desperdiciara tiempo valioso al preocuparse innecesariamente por él; sin embargo, cada que el rubio le hacía jurar que todo marchaba tal y como decía, el pelinegro titubeaba unos segundos para luego mentir con un "lo juro, Thor. Ahora descansa". Sí, se sentía culpable por mentirle a su pareja pero, en su defensa, no deseaba que éste se desconcentrara del Gran Juego que estaba a la vuelta de la esquina. Sencillamente le parecía injusto que, por tener que contenerlo y cuidarlo debido a su angustia generada por la audición, él descuidara su entrenamiento para una ocasión tan importante y decisiva en su futura vida profesional. No podría perdonárselo.

Tres días exactos faltaban y la angustia de no poder encontrar el camino que le guiara a la finalización de su proyecto estaba acabando poco a poco con él. Interpretaba una y otra vez los sistemas ya establecidos como definitivos pero siempre había una parte antecedida por un prolongado silencio que le anunciaba con enorme descaro su incapacidad para dar un digno seguimiento que le convenciera. Tan absorto se hallaba en su trabajo, que no escuchó que alguien llamaba a la puerta hasta que los golpeteos se volvieron más fuertes y le hicieron perder la concentración. Enfurruñado por la interrupción, se puso en pie y abrió la puerta con la mejor disposición de echar a patadas a quien fuera que estuviera del otro lado. No obstante, grande fue su sorpresa al ver que era Thor quien se hallaba ante él. Avergonzado por la mirada que le reprochaba, le dio la espalda para regresar al interior de su departamento.

-Mentiste- recriminó el rubio, ingresando y cerrando la puerta a sus espaldas a la par que depositaba unas bolsas sobre la mesa

Reparando en que el contenido de aquellas bolsas era comida, posó sus orbes verdunas en las azuladas del otro.

-Y sin embargo lo sabías- adivinó el menor con cierta culpa

-Por eso estoy aquí- explicó- Sabía que te encontraría agotado y más delgado a pesar de que no haya pasado ni una semana

Resintiendo el agotamiento, dejó escapar una irónica risilla a la par que tomaba asiento frente a la mesa y ocultaba su ojeroso rostro entre sus manos.

-Estoy agotado- admitió con pesar- Me está volviendo loco la audición

-Esto es lo que harás: comerás algo decente y luego te irás a descansar, y no te levantarás hasta medio día así deba atarte a la cama

-Eso definitivamente no suena nada bien- comentó con gesto sonriente

-Al menos ríes todavía- observó, curveando sus labios hasta formular una sonrisa

Sin resistirse a ello, Loki aceptó de buena gana comer lo que Thor había traído especialmente para él puesto que empezaba a sentir los estragos de no haber comido adecuadamente en los días pasados. Verdaderamente agradecía la atención y cuidados proporcionados por el rubio quien parecía no querer probar bocado alguno hasta comprobar que el menor comía todo lo servido por éste. Aunque no quería aceptarlo, necesitaba una distracción de su trabajo aunque fuera por sólo unos minutos. No obstante, la intranquilidad se rehusaba a abandonarle.

-Todavía sigues pensando en la audición, ¿cierto?- adivinó el mayor al ver el modo en el que jugueteaba con su comida

-Me resulta imposible dejar de pensar en eso- admitió tras un suspiro- Pero mi principal problema recae en que no he podido terminar la composición

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