Keylie Eleonor Petterson, de 12 años, empieza su primer año de instituto con las expectativas de que ahora llegarán los peores años de su vida. Pero... ¿será así? ¿Peligra su amistad con Mía? ¿Nuevos amigos... y enemigos? ¿Qué pasará cuando los chic...
Me relajo al ver que es Hayes el que está detras de mi. Miro a su lado y veo a un bonito perro negro cojido con una correa.
- ¿Que haces a estas horas por aquí?- Dice sacandome de mis pensamientos.
- Es que me he quedado a cenar a casa de una amiga que vive por aquí cerca. ¿Y tu?
- Pasear a mi perro.- Me dice y sonrie pero frunce el ceño cuando mira las ruedas de mi bici.- ¿Y eso?- Dice señalando las ruedas de esta.
- Alguien las a pinchado... Me iré caminando aunque mi casa esté bastante lejos.- Digo mostrando una pequeña sonrisa.
- Oh, no, no te vas a ir andando se donde vives y está muy lejos tu casa de aquí.
- ¿Y como esperas que vaya?- Digo encojiendome de hombros.
- Ven a mi casa y dejas la bici. ¿Sabes ir en skate?
- Eeh más o menos.- Digo sonriendo.
- Pues venga ven no vivo muy lejos.- Dice y agarra mi mano.
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Después de un pequeño rato caminando llegamos a una bonita casa és bastante grande, ya que por lo que me a contado son 4 hermanos y su madre. Nos dirigimos hacia la puerta del garaje, saca una llave de su bolsillo y abre una pequeña puerta pero que todavía cabe mi bici.
Dejamos la bici aparcada y él entra a casa a dejar las cosas de su perro y a su perro. Lo veo salir de su casa, trae las manos ocupadas por dos skates.
- Tu usa el mio, yo usaré el de Nash.- Dice mientras me lo tiende.
- Hayes... Mi casa está muy lejos y después volverás tu solo...- Digo volviendole a tender el skate. Pero el lo rechaza.
- Keylie tranquila, le he dicho a mi madre que después pasaría por casa de Cameron, ya que los chicos están allí.- Al escuchar el nombre de Cameron mis ojos se aguan levemente pero parpadeo varias veces para aclarar mi vista. Deja el skate en el suelo y sube a el.- ¿Vamos?
- S-si- Digo un tanto insegura. Subo al skate y me impulso. Hayes va a mi lado.
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Después de un rato empezamos a bromear y a hacer carreras. Mi skate se resbala haciendo que yo caiga de culo hacia atras. Al caer me empiezo a reir y Hayes también baja de su patín y se acerca a mi.
- ¿Estas bien?- Dice entre risas.
- Mucho, ahora si me disculpas.- Me levanto y subo a el skate y empiezo a patinar, rapido.
- ¡Oye! ¡Ven aquí!- Grita Hayes riendo.
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Llegamos a mi casa y bajo del skate. Me dirijo hacía Hayes.
- Gracias, me lo he pasado muy bien después de todo.- Digo sonriendo.
- Yo también. Espero repetirlo.- Asiento y le doy un beso en la mejilla y después le tiendo el skate.
- A-adios, Keylie. Nos vemos el lunes.- Sube a su skate y con el otro en la mano se dirije hacia casa de... Cameron Dallas.
Abro la puerta de el jardin con sigilo y subo por un arbol hasta llegar a la ventana de mi habitación. Entro en está y dejo la mochila encima de mi cama y voy directa a el baño.
Me quito la ropa y entro a darme una rapida ducha. Al salir me pongo el pijama que había dejado preparado anterior mente y salgo de mi habitación.
Pero al salir me encuentro con mi habitación llena de ojas que tienen escrito "venganza" así en todas. Me sobresalto y intento recojerlas todas pero la ansiedad nace en mi y hace que me quede parada respirando entrecortadamente. Retrozedo y me meto en el baño y cierro con pestillo. Esto no puede estar pasando ¿verdad? Abro el ultimo cajón de un mueble de el baño y saco una caja con muchos medicamentos.
No encuentro cual es el que me tengo que tomar para la ansiedad y abro todas las cajitas y empiezo a tomarme todas las pastillas...
Empiezo a marearme y los recuerdos de mi horrible infancia bombardean mi cabeza. Abro un cajo y rebusco por él una cuchilla de afeitar. Ahogo un sollozo a encontrar una la escaneo con la mirada y cierro los ojos. Bienvenida de nuevo rutina...
