Capítulo 8 "Voces"

12 3 0
                                    

Mykie Carpenter.

-Debiste haberme ayudado a separarlas antes de que se armara tanto escándalo- Le reproche a Cleo.

Nos encontrábamos yendo hacia nuestras respectivas aulas, mientras esperábamos que tocará la campana.

-¿Porque? Máx lo empezó, ella no quería ser separada- Hablo con una pizca de humor en sus palabras.

-Quinn podría haber terminado grave...

-¿Y crees que no se lo merece?

Preferí callar. Ella tenía razón.

Máx Claulfield.

Me sentía desorientada, todo paso demasiado rápido.

-Tomé asiento- Me ordenó el director, situado tras su escritorio.

Hice caso a su orden y me senté.

¿Qué estaba pasando conmigo?

No suelo ser agresiva. Esa no soy yo.

Miré en dirección al hombre que se encontraba frente a mi, veía como articulaba palabras pero no comprendía lo que decía.

De repente se escucho un llamado de atención a mis espaldas, Un estruendoso sonido para mis oídos.

Mire detrás mio, pero no encontré a nadie.

-Señorita, ¿Esta todo en orden?- Pregunta el director un poco extrañado.

-Si, pero...¿Escucho eso?

-¿Qué cosa?

De nuevo, ese mismo sonido. Un sorprendente "Sh" se hizo presente a sólo unos poco centímetros de donde estoy sentada. A mi lado derecho.

Miró en dirección hacia allí, cuando oigo un "Hey!" De Mi otro lado.

Corro rápidamente la mirada para esa parte de la habitación, pero de nuevo, nada.

-La veo alterada, ¿Quiere un poco de agua?- Pronuncia aquel hombre frente a mi, pero lo ignoro.

-Por aquí! Máx!

Esa voz. Yo la conozco a la perfección.

Kaylee.

Cleo Handerson.

Callar y asentir.

Es lo único que hice en todo el día.

Estoy segura que más de 50 personas se han acercado a mi, para repetirme la misma palabra de siempre. "Lo siento".

¿Es que la gente no tiene nada más para decir?

¿Qué pretenden? ¿Qué eso ayudará en algo? Pues no.

Es más, sólo aumenta mis ganas de irme.

Observo el reloj que se ubica arriba de la pizarra, y me doy cuenta de que todavía falta media hora para poder salir de esta aburrida clase.

Nunca me sentí atraída por la química, aunque Kaylee si.

Ella solía decir que la Química era esencial para la vida.

Cosa que me resulta extraña, Yo no creo que sea así.

Baje la vista para observar mi cuaderno, pase todas las hojas hasta llegar a la última.

Kaylee dejaba todo tipo de frases inspiradoras allí. Decía que cuando me sintiera triste las mirara.

Cosa que nunca hice.

Me resulta irónico que Kaylee escriba toda clase de cosas felices, sabiendo que ella era infeliz.

Ella era infeliz con la vida.

Con su vida.

Y todas, aunque no lo queramos admitir, lo sabíamos.

-Señorita Handerson, ¿Puede responder a mi pregunta?

Mierda.

Máx Claulfield.

Estoy enloqueciendo.

Soy una maldita demente.

No puede ser que la este oyendo. No es posible ¿O si?

-¿Qué es lo que estas haciendo?- Escuchaba que me preguntaba mi difunta amiga.

Probablemente se refería a lo de hace un rato.

Miraba a todas partes pero no la encontraba. Sólo la oía.

Y me preocupaba.

-¿Puedo irme ya? - Dije moviendo mis dedos con ímpetu.
-Claro, pero acuérdate de venir a la tarde.

-¿Para que? - Dije comenzando a sudar.

¿Qué me ocurría?

-Para limpiar los baños, acabó de decírtelo.

-Claro...adiós- Dije saliendo rápidamente de allí.

Cerré mis ojos y respire profundo.

Muy bien Max, haz como si nada, aunque sea por ahora.

Cleo Handerson.

Después de ese intento de humillación por parte del profesor de química, por fin sonó la campana.

Y digo intento porque respondí correctamente a lo que el me cuestionaba.

Kaylee siempre me decía que yo era una nerd encubierta. Cosa rara, ya que no lo consideró así, para nada.

-Cleo! Espérame!- Se escucho una voz detrás de mi.

No hacia falta darme vuelta para saber quien era.

-¿Qué ocurre Mykie?- pregunté con un tono de cansancio. Me aburría demasiado el Instituto.

-Pues...¿Te refieres a últimamente o de este momento en específico?

Me Crucé de brazos y la mire obvia.

¿Es o se hace?

-Okey, ya entendí, no me mires así- Dijo levantando las manos en señal de rendición.

-Entonces no provoques que te mire así- Respondí sin ningún tipo de emoción.

Ya me estaba cansando esta conversación, Si es que se le podía llamar así.

-Chicas! - Se oyo una voz agitada acercándose a nosotras.

¿Y ahora que?

-Max!- corrió Mykie para abrazarla.

Ni que se hubiera ido por mucho tiempo.

Rodé los ojos y pregunté

-¿Al fin te sacaron de la cárcel?

-Pues, no definitivamente, debo volver en la tarde para limpiar los baños. Pero eso es algo en lo que no quiero pensar- Dijo acercándose a mi.

Puso un brazo sobre mi hombro, otro sobre el hombro de Mykie, y nos encaminamos hacia la cafetería.

-¿Puedes soltarme? Me asfixias- Dije dramatizando.

-Oh no, claro que no. No te libraras nunca de mis abrazos Cleo.

Le dediqué una media sonrisa, y me limite a aceptar su demostración de afecto.

.....................

KayleeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora