A la salida se me acercó el chico nuevo que creo que se llamaba Leean.
- Hola preciosa - me susurró al oido.
Se me pusieron los pelos de punta solo al escuchar su voz ronca.
- Hola chico nuevo, que se le nota que es un idiota engreído. - le respondí con una falsa sonrisa de boca cerrada.
Se hecho a reír.
- Avalanna Miller ¿Verdad? - Dijo mientras caminaba a mi lado.
- Preferiría que me llamases "Abby". Y si soy yo.- dije como si fuese obvio.
- Mucho gusto yo soy...
- Leean Deviur - lo interrumpí.
- Exacto.- Dijo con sonrisa ladeada.- Fue un gusto hablar contigo Doncella pero tengo que irme o Priscila, mi hermano y David se van a enojar. - Dijo antes de irse y guiñarme un ojo.
Que idiota.- pensé.
Entre a mi auto, lo encendí y lo puse en marcha a casa.
Cuando llegue a casa, escuchaba a mi madre a lo lejos discutir con alguien, pero no se escuchaba nadie más así que deduje que estaba hablando por teléfono. La voz se escuchaba de su oficina así que con cuidado me fui acercando y al llegar y la puerta estaba entreabierta.
- Si Alma, pero aún no creo que Abby esté lista para saber la verdad. - decía mi madre entre llantos. - Bueno, dame tiempo y se lo explico.
Y colgó.
Me alejé y seguí mi camino hasta mi habitación.
¿A qué se refería con que no estaba lista para saber la verdad?
No sé pero la curiosidad me estaba matando.
En ese momento mi celular empezó a sonar, lo saque de mi bolso y era Emely.
Llamada telefónica:
Emely: Hey, baby al final irás a la fiesta o no?
Yo: Pues Claro, no me perdería una fiesta de las de Daniel por nada del mundo.
Emely: Dicen que los nuevos van a ir.
Yo: Con más razón no me la pierdo. Chicas por que no vienen a arreglarse a mi casa.
Emely: Claro que si, estamos allí en 30 min.
Yo: chao.
Fin llamada telefónica.
Mientras llegaban las chicas decidí acostarme, pues estaba muy cansada. Luego de unos tres minutos me quedé profundamente dormida.
- ¡PARTY! - gritaron las mellizas al unísono.
Oh, las iba a matar.
Y justo en ese momento sentí que tiraban de mis sábanas.
- ¿Qué les pasa? - pregunté con los ojos cerrados.
- Pasa, que nos vamos de fiesta ¿Lo olvidaste? - preguntó más que obvia Michelle.
- Si, cierto. - respondí en susurró.
Me levanté y conecté mi celular al pequeño estéreo de mi cuarto para poner música.
Puse Cold Water de Justin Bieber y me fui a duchar.
Al salir de la ducha me seque el pelo con el secador y luego la plancha y me fui a mi armario a ver qué me pondría. Mientras que Michelle y Emely se maquillaban.
Me decidí por un vestido negro corto, pero manga larga y unas Adidas, no pensaba ponerme nada de tacón.
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Mientras que Michelle se puso una camiseta corta blanca, unos shorts, una chaqueta y unas botas hasta las rodillas y su pelo rizado.
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Y Emely se puso una camiseta corta negra y una falda negra de flecos y unas zapatillas negras y una coleta al descuido.
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Me maquille y le hice una seña a las chicas para saber si habían terminado.
- Lista. - Dijo entusiasmada Emely.
- Más que lista - Dijo Michelle saliendo por la puerta.
Cogí la llave de mi coche y mi celular y salí de mi habitación.
Bajé y me monté en el coche, en el copiloto Michelle y atrás Emely.
- Bien, pues a divertirnos.- dije antes de acelerar el coche.
Y en menos de 25 minutos ya estábamos en casa de Daniel. La casa parecía que fuese a estallar de tanta gente, la música estaba muy alta.
Salimos del coche y nos decidimos a entrar.
- Voy a buscar una copa, ahora os veo. - les grité a las chicas.
- Si - me respondieron ya bailando.
Caminé hacia la barra y de espaldas estaba un chico besando a una chica, que digo besándola... ¡COMIÉNDOSELA!
Cuando llegue a la barra, tocí falsamente y estos se separaron y cuando los miré me di cuenta que eran los nuevos que estaban ahí.
Leean y Priscila.
Ella me miró de arriba abajo con superioridad y el me miró con una sonrisa ladeada.
- Hola... - Dijo Priscila cómo si no supiera mi nombre.
- Abby. - Dije rodando los ojos y dándome la vuelta para irme.
Sentí sus ojos clavarse como cuchillos en mi espalda.
Zorra- Pensé.
Quería ir al baño a ver cómo seguía mi pelo y mi maquillaje.
Cuando abrí la puerta del baño lo que vi ahí adentro me dejó sin palabras.
