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Al abrir los ojos permití que la luz diurna iluminara cada parte de mi vista, al recuperar movilidad me senté de una forma abrupta causándome un ligero mareo, mi corazón latía tan acelerado que por un momento la idea de que estallara paso por mi mente, al bajar los pies de la cama un frío recorrió la planta de los mismos para después pasar por mi columna, pero en mi mente solo resonaban las palabrasde aquel extraño ser, "tu muerte aguarda con paciencia, Grimm", ¿a qué se refería aquella criatura?
Y lo más importante ¿quién es Grimm?, después de todas estas preguntas recapitule que lo que había visto y oído era tan solo un sueño, ¿Pero y si no...?
Una voz familiar me saco de mis pensamientos- Kaldr, ven a desayunar.- después de oír aquellas cálidas palabras me incorporé completamente sobre mis pies, y salí deprisa para no hacer esperar a mi madre.
Al entrar en la cocina no encontré rastro de nadie, solamente dos desayunos continentales sobre la mesa, tal vez mi madre habría salido de emergencia debido a su trabajo, y sin prestar mayor atención me senté y termine la comida sobre mi plato.
Me dirigí nuevamente a mi cama para volver a dormir, puesto que apenas eran las 7:30 am, al estar en mitad del pasillo unos suaves golpes se oyeron contra la puerta, gire sobre mis talones al mismo tiempo que hacía un gesto de molestia, pose mi vista sobre la mirilla, ahí se encontraba un chico de aproximadamente 17 años, con una tez muy pálida, casi sin ningún rastro de color, sus ojos no se alcanzaban a distinguir debido a la sombra que dejaba la capucha sobre su rostro, por su lenguaje físico se notaba un ápice de impaciencia.
Al abrir la puerta entró rápidamente empujándome hacia un lado y cerrando  la puerta con la misma rapidez, antes de que pudiera objetar alguna palabra poso su palma sobre mi boca y se llevó un dedo de la otra mano a los labios en señal de que me callara, en ese momento pude distinguir una tonalidad rojiza, casi imperceptible en su pupila, su cabello era completamente negro creando un contraste extremo con la piel cual carecía de imperfecciones, antes de poder seguir analizando su rostro una voz muy ronca se dirigió hacia mi, desconcentrándome por completo
- sé que ahora mismo te estarás preguntando, ¿quién soy yo?, Y esa pregunta será respondida, -mientras las palabras salían de el su mano se alejaba lentamente de mi cara- pero no en este momento, estamos en un gran peligro y el tiempo no está a nuestro favor.-
Antes de que aquel chico pudiera hacer algún movimiento, por el lado izquierdo de mi campo visual se deslizó una figura negra, al girar la mirada observé como aquella figura ingresaba a la habitación por un agujero carmesí en la pared, que hace unos instantes no se encontraba allí, al contemplar aquella escena quede paralizado, ese ser se parecía a un humano sin comer por un largo periodo de tiempo, la piel se le pegaba a los huesos de una forma impensable, al ser expulsado completamente, el hueco en la pared se cerró de un golpe, la criatura se encontraba tirada en el suelo de la sala moviéndose lentamente sobre un líquido pegajoso, antes de darme cuenta ya estaba incorporado en sus dos pies, parecía un cuerpo apenas extirpado de su tumba, los ojos eran completamente negros sin ninguna pupila, en la boca tenía hilos que le atravesaban de un lado al otro hasta cubrirla por completo.
El chico a mi derecha había sacado un arma de su espalda, era una hoz con el filo morado y el mango de ónix, al moverla se podía distinguir el claro sonido del filo cortando el aire por la mitad, en un parpadeo la hoz salió volando para al final clavarse en el cráneo de esa cosa, causando un sonido seco y dejando caer a la criatura muerta .
Vámonos, -dijo el extraño mientras recogía la herramienta clavada en la cabeza de la víctima- este no es un lugar seguro, no más.-
-¿Qué era esa cosa?- pregunté asustado de recibir una respuesta y con la garganta seca.
-No hay tiempo para eso ahora-.
-No me moveré de aquí sin una respuesta-.
-Esta bien- sito con un tono de molestia en la voz- esa cosa era un ciervo de Ah Puch, un vigilante, y ahora que ya conocen el olor de nuestras almas nos seguirán si no nos vamos ahora-.
En ese momento escuche como si alguien o algo estuviera perforamos la pared de mi habitación, seguido de un olor a azufre y sonidos de cadáveres cayendo.

GRIMM.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora