Cuando Omar sintió el sol en su cara entreabrió los ojos para darse cuenta de que su despertar no era el de todos los días. Movió los pies y pudo palpar la arena que acariciaba cada uno de sus dedos, se incorporó pero el dolor punzante que atravesaba su cabeza hizo que soltara un vago quejido. Su ya de por si morena piel estaba aún más oscura debido a la breve, aunque intensa, exposición a los rayos ultravioleta en la playa. Sus ojos color esmeralda tornaron al mar y esgrimió una leve sonrisa de satisfacción. Sin lugar a dudas había sido una fiesta memorable
Botellas, fogatas humeantes y compañeros de fiesta aun durmiendo ofrecían una estampa playera de lo más decadente. Antes de que pudiera darse cuenta, escuchó una serie de pasos acelerados que venían de su espalda, se incorporó y una figura joven, con pelo rubio y sonrisa bobalicona se le apareció a no muchos metros de donde se encontraba. No cabía ninguna sospecha, era su gran amigo Franz, el cual traía consigo una lata de cerveza que iba bebiendo y que arrojó a la arena antes de llegar.
-¡Tío, tío, no te lo vas a creer!- dijo Franz con la voz entrecortada a causa de la fatiga por la carrera- unos pivones del otro lado de la bahía me han dicho que nos vayamos a dar un baño con ellas ¡para mí que quieren algo más que hacerse unos largos por la playa!- exclamó mientras se reía a carcajadas y golpeaba el hombro del muchacho.
-No sé, estoy con una resaca monumental- dijo Omar, poniendo las manos en su cabeza intentando apaciguar el dolor que sentía- ni siquiera sé qué hora es.
-Es la hora de triunfar, chaval, no todos los días unos bellezones playeros proponen una oferta tan irresistible. Si no vienes te vas a arrepentir- dijo mientras daba marcha atrás, alejándose de su amigo- ¡y vas a seguir siendo virgen hasta que te mueras!
-¡De eso nada!- dijo Omar mientras se levantaba de la arena de forma torpe, pero decidida- ya veremos quien se liga a más tías este verano.
Los dos amigos corrieron en dirección al otro extremo de la bahía, esquivando basura encallada en la arena, jóvenes durmiendo y ascuas de las múltiples hogueras extinguidas.
Justo cuando llegaron, lograron distinguir tres siluetas femeninas. Siempre se habían relacionado con chicas desde que comenzaron la pubertad, pero nunca antes habían visto nada parecido. Eran unas jóvenes realmente bellas, de aspecto impoluto, con bellos y largos cabellos coloridos, se podría decir que teñidos y con una tez blanca como la nieve. Se quitaron las camisetas y corrieron a bañarse con las chicas pero, al llegar, una de ellas alzó el brazo en señal de negativa y sonrió de forma pícara al tiempo que hablaba en un tono desafiante.
-No, no, no- dijo la que parecía más joven, de aspecto lustroso, ojos azules profundos y pelo rubio casi ceniciento- si queréis bañaros con nosotras primero tenéis que respondernos a unas preguntitas.
Franz miró con picardía a la chica y, al tiempo que se acercaba con pose de macho alfa, se repeinó su rubia cabellera.
-Conque unas "preguntitas" ¿eh?- dijo mientras se ponía en cuclillas para estar a la altura facial de su interlocutora- ¿y qué clase de preguntas son esas? ¡No, no, no! No me lo digas... la primera pregunta es ¿qué hace un sexy turista alemán como yo en un paraíso como este? ¿Me equivoco?
La joven se fue acercando poco a poco hasta que, casi en el momento en el que parecía que iban a darse un beso, agarró al chico de los hombros y con una maniobra extremadamente rápida lo metió en el agua. Las otras tres muchachas comenzaron a reír y a aplaudir, mientras que Omar miraba desde la orilla, con cara de asombro. Se puso en posición y se lanzó al agua de cabeza, con las consiguientes ovaciones de las joviales y bellas nadadoras.
Franz se quedó jugueteando con la más joven mientras que las demás cuchicheaban a la par que admiraban el cuerpo musculoso y atlético de Omar. Entre sonrisas se fueron acercando a él hasta que una de ellas, una chica también con tez blanca y cara angelical, aunque con el pelo rosado y los ojos azules, comenzó a hablar con un tono dulce y sosegado.
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Larga vida a la Reina
General FictionCuando el ser humano llegó a su punto más extremo de destrucción y expansión en el planeta Tierra nunca pensó que todas las pesadillas que creía extintas o que nunca llegaron a existir se harían realidad y unirían fuerzas para volver a poner en el t...