Stay In Your Way [2Min]

Capítulo 1 - Confusiones y confesiones

No debería haber amado en silencio.

— ¿MinHo?

— ¿Uhm?

— ¿Otra vez?

— ¿Otra vez lo hice? Lo siento, uno de estos días...

— Uno de estos días se dará cuenta de que andas observándolo y pensará que eres un stalker total. Deberías o bien hablarle o dejar de mirarlo tan acosadoramente.

— Cierto... — Minho suspiró ante la mirada atenta de Kyuhyun, observando de reojo una vez más al castaño no muy lejos de ellos, que reía casi de una manera escandalosa con un rubio y un moreno a su lado.

Kyuhyun solamente se rio del menor a su lado, pensando otra vez que quizás su amigo había perdido la cabeza con alguna leve paranoia relacionada con el castaño pero por ahora, no diría nada; sólo instaría a Minho a levantarse del banco del parque para ponerse a trotar junto a él.

Choi Minho de 21 años, universitario, estudiante de cine y actuación, se encontró nuevamente observando al castaño a lo lejos mientras se iba, recordando cómo había terminado en aquella situación tan... extraña.

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Hace 11 meses

— Minho ¿Has visto mis gafas?

— No, hyung. Quizás Sungmin o Eunhyuk hyung las tengan, están por allí.

Vio como el mayor se alejaba, continuando su rutina de ejercicios en el parque donde iba a entrenar cada noche junto a sus mayores. Todos eran parte de un elenco de actuación y gracias a su carrera, eran grandes amigos. Al ser tan solo estudiantes, su carrera podía apuntar a subir si se esforzaban, por lo que, tras el estrés diario de sus estudios y prácticas, salían a relajarse ejercitándose con deportes por las noches en aquel parque que ya sentían como un segundo hogar.

Aquella noche, Minho se encontraba distraído hablando por su móvil con Victoria. Nuevamente estaban en una discusión de las que siempre terminarían arreglándola a medias, como iba su relación. O era el carácter de Minho o el de Victoria pero aquello no les llevaba a ninguna parte.

Minho suspiró al colgar. Como supuso, lo habían arreglado nuevamente pero ¿Cuánto duraría esta vez?

Pasó una mano por su rostro para así continuar sus ejercicios cuando lo vio.

Un muchacho delgado, de piel pálida, cabello castaño oscuro y algo largo, pasaba delante suyo con un grupo de cuatro muchachos. Caminaron hasta llegar cerca a la fuente del parque donde, sin esperar mucho, pusieron una música electrónica y rápida a todo volumen.

Aquello que haría que Minho no despegara sus ojos de aquel muchacho después de mucho tiempo, sería ese movimiento que comenzó a realizar el castaño con sus caderas y con todo su cuerpo.

Un movimiento seductor.

Quizás demasiado seductor.

Minho quedó embelesado.

No sabía por qué se sentía de pronto tan... extraño.

Hasta que recordó un aspecto importante: A él no le iban los chicos en ningún sentido.

Él era heterosexual y jamás en la vida le había pasado nada similar... hasta que llegó aquel muchacho, con ese suave meneo de su cuerpo al compás de la música que provocó algo en él aquel día.