Una chica nerd, un chico que simplemente no sabe que su mundo dará una vuelta, y querrá cambiar muchas cosas, pero aunque lo intente no podrá. En casos como estos solo debemos confiar en el perdón de las personas que más anhelamos.
A veces podemos...
No sé qué odio más, ir a la escuela o quedarme en mi casa. Vivo con el miedo constante de que, en donde quiera que esté, habrá alguien que me quiera dañar.
Así es mi vida, aunque me siento orgullosa de decir que no me preocupa, porque siempre tengo la esperanza de que todo mejorará.
Me levanté de mi cama con la mayor pereza del mundo, creo que haberme quedado leyendo hasta tarde no fue muy buena idea, pero lo vale. Me duché y me preparé para otro día de escuela. usualmente no suelo tardar mucho en escoger mi ropa, claro que no me pongo lo primero que encuentro, pero tampoco paso horas en elegir, solo agarro algo que se vea decente y combine, así soy yo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Jamás pueden faltarme mis audífonos, siempre tengo unos colgado en el cuello, sea cual sea.
Después de acabar de con mi ropa salí apurada de mi habitación, y sin siquiera pensar en desayunar, salí al trote por la puerta principal. Digamos que mi casa no es ni remotamente algo acercado a mi lugar favorito, desde hace unos años lo único que deseo es no estar en ella y ya.
A ver, sé que deben estar un poco confundidos con todo esto y ya se los especificaré. Yo tengo 17 años y me llamo Emily Peterson, mi padre, Jack Peterson, es dueño de una gran empresa llamada "Inversiones Peterson", y mi madre, Elena Peterson, murió hace 4 años, desde entonces mi padre se la pasa acostándose con toda mujer que se consigue, no importa la edad, literalmente lo he visto con chicas de mi edad. Pero ahora mi padre se ha encaprichado con Amanda More, una mujer de unos 26 años que, al ver todo lo que causa en mi padre, aprovecha todos sus tributos de mujer hiper-plastica para vivir la vida "como se lo merece", palabras de ella no mías. Y ahora llegamos al porqué no me gusta estar en mi casa, resulta que desde que la "señorita perfección" está viviendo en mi casa mi padre se ha vuelto muy impulsivo y agresivo, en varias oportunidades ha llegado a golpearme muy fuerte, y Amanda sólo lo anima a que me siga golpeando o me golpea ella también.
Iba caminando al instituto mientras escuchaba música cuando me tropecé con alguien, odio los clichés pero al parecer mi vida en si es un cliché y eso no lo podré cambiar. Cuando levanté la vista del piso pude fijarme quien fue el gigante que se atravesó en mi camino y me arrepentí; delante de mi estaba Caleb Blackwell, el hombre más odioso, insoportable, prepotente, narcisista, y muchos adjetivos más, que pueda existir en la vida.
Vale que el tío es muy guapo lo admito. Ojos negros, mirada profunda, nariz perfilada, rostro más o menos cuadrado, cabello negro alborotado, pircing en el labio inferior, y mejor ni nos vayamos por las ramas al describir su físico en si porque os juro, es muy, demasiado guapo. Pero desgraciadamente es un desperdicio completo de belleza como os dije.
— ¿Se te perdió algo, rata de biblioteca? ¿O es que, aparte de ciega, eres muda?- su voz gruesa obligó a concentrarme en él y dejar de admirar su físico.
