Capítulo 5

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Laia no paraba de mirar la tarjeta. Sentía la tentación de coger él móvil y llamar a ese número pero su cabeza decía que no,al contrario que su corazón. Al cabo de un rato se decidió y tiró la tarjeta a una papelera que había en su cocina y se fue dispuesta a la calle pare darse una vuelta y despejarse ya que casi no le dolía la pierna.
Vió a un chico joven de media altura vestido de negro y en su camiseta ponía AC-DC,ese grupo no es que le llamase mucho la atención pero tampoco le desagradaba. Lo que le pareció raro en él chico es que llevaba una caja de cartón un poco grande aunque no parecía que pesase mucho. De repente,él chico dejó la caja en él suelo y salió corriendo por donde había venido mirando hacia un lado y a otro mientras un ligero aullido se escuchaba.
Ella se acercó a la caja que había a unos pocos metros suya y vió dentro un perro "que mono"-pensó.

-Que cosita tan linda-dijo poniendo una voz chillona mientras lo cojia- veamos,¡eres hembra! !Que bien! Nos podremos hacer compañía¿a que si?-pensó que si aquel chico era tan macarra como para abandonar a un pobre cachorro,no sería capaz de volver a por él.

Cojió la caja con la otra mano y la tiró al contenedor de basura que había a dos esquinas y a continuación fue camino del veterinario

-Parece que tiene tres meses por la forma de sus dientes,esta raza es un ejemplar muy bonito,a mi los yorkshire me encantan-dijo él veterinario llamado Víctor-.

-Bueno,le mantendré informado-dijo ella mientras cojía a la perrita y salía por la puerta.

Es iba a ser él principio de una gran amistad

La decisión finalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora