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Juvia

Soy Juvia Loxar, tengo 17 años. Los doctores dicen que no pasare de los 18 o 19, solo espero que mi corazón soporte un poco más, encontrar a un donador es realmente difícil. Yo no quiero morir, mi padre murió del corazón así como lo are yo, es por eso que no me gusta formar amistades y mucho menos que se vuelvan cercanas, el único amigo que tengo es Gajell Reblox y mi único familiar es Jejall Fernandez, mi madre no aguanto la muerte de papá, con unas cuantas pastillas se quedó dormida.

A pesar de todo mi enfermedad del corazón no me prohíbe que sueñe.

Hay un chico, el más mujeriego y rebelde, no me explico cómo me fui enamorando de él, no me atrevo a hablarle siempre que paso cerca de él se burla de mí junto con sus amigos. Claro hoy en día ser virgen en la preparatoria es ser la burla de todos. Pero mi tiempo se agota.. y quiero aprovecharlo.

Hoy es un día como todos igual de especial, este tiempo de receso subo hasta la azotea sé que está prohibido y es una de las razones por las que me gusta este lugar, otra es porque nadie sube y la más importante no hay nada sobre el que no me permita ver el cielo.

Cierro mi libreta número 21 de cada una de mis narraciones de cada uno de mis días, me levanto del suelo ya casi el receso termina, tomo mi mochila haciendo sonar el llavero con el cascabel con un gato anime

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Cierro mi libreta número 21 de cada una de mis narraciones de cada uno de mis días, me levanto del suelo ya casi el receso termina, tomo mi mochila haciendo sonar el llavero con el cascabel con un gato anime. Sacudo y arreglo mi falda, miro por última vez el cielo azul justo cuando el timbre suena deshaciendo el encanto. Abro la puerta y la cierro al salir bajo algunos escalones, camino por el no muy largo corredor oscuro con otra puerta la cual cruzo cerrando sin hacer ruido, bajo las escaleras y cruzo la otra puerta que me lleva al corredor del edificio C segunda planta. Me aferro al haza de mi mochila y camino hacia mi salón donde me toca con esa persona, Gray Fullbuster.

Entro al salón, las risas y platicas se escuchan desordenadamente, veo de reojo a Gray besándose con na chica peli negra, me parece que se llama Ulte o algo así, todos hablan de ella tiene a todos los hombres babeando cuando la miran con su traje de porrista. Ignoro su momento de pasión y me siento hasta atrás a lado de la ventana como es de costumbre.

-¡ya llego la santa virgen!-escucho bromear a Lucy, a lo que los demás se ríen entre las risas escucho la de Gray. Lucy Hearfilian otra de las chicas más guapas de toda la escuela capitana del equipo de volibol. Nuevamente ignoro su comentario no tiene por qué ofenderme.

Veo a Ulte o lo que sea acercarse, no predecí que fuera a tomar mi libreta número 21 trato de evitar que la tome pero fallo, Ulte la observo de reojo y luego la abrió.

-¡No! Devuélvemela por favor-dije alterada intentado de arrebatársela.

-A ver dice.....9 de Abril, Hoy es un día esplendoroso, planeo ir al museo de arte y de paso comer un helado.... El museo estuvo genial quede maravillada-leyó en voz alta, todos soltaron unas grandes carcajadas-que sentimental-me dijo Ulte burlona.

-¡devuélvemela!-le grito. Quiero mi libreta es muy importante para mí. Las lágrimas se me empiezan a acumular.

-pobrecita quiere su estúpida libreta-se ríe burlona.

-Ultear ya para-le ordena Lucy enojada pero esta no le hace caso. Vaya ese era su nombre Ultear.

La sonrisa que se le forma en sus exagerados labios cubiertos de labial no me agrada, le arranca unas hojas y luego las rompe, en seguida me tiro al suelo y recojo las hojas apretándolas contra mi pecho, mis lágrimas y sollozos salen, esas no eran unas simples hojas, eran parte de mi vida y del poco tiempo que me queda. Para darme el golpe final una de las imitadoras de Ultear abre su botella de agua, alzo la mirada moja mi libreta dejándola empapada y me la da tirándola al suelo. Todos ahora se quedan callados. Que hipócritas esto es lo que querían humillarme ¡¿Por qué no se ríen!?

-oye Juvia- Lucy toca mi hombro.

Me levanto rápidamente y le doy una cachetada a Ultaer, todos parasen sorprendidos pero me vale lo que digan o piensen. Seco mis lágrimas tomo mi mochila y mi libreta empapada del suelo, salgo del salón enojada sin importarme que casi empuje al profesor Grilts.

Corro por el pasillo hasta llegar a la puerta principal para subir a la azotea y la cierro de un puertazo y corro a abrir la otra, al estar ya en mi lugar de seguridad me tropiezo y caigo raspándome las rodillas agradeciendo el sentir dolor.

Me levanto y camino para sentarme nuevamente en el suelo y lloro, de mi mochila saco el estuche de pañuelos para limpiarme la nariz, mientras sigo llorando.

Gary

No entendía ¿Cómo alguien se puede enojar por unas estúpidas hojas? El profesor Grilts enseguida empezó la investigación, preguntándonos una y otra vez.

-nuevamente ¿Qué ocurrió?

Nadie contestaba, Ultear seguía enojada sobándose la mejilla.

-como nadie quiere hablar el castigo será grupal-sentencio el maestro, todos protestamos incluyéndome, todo por los arranques de esa molestia- todos hoy tendrán más tarea y se quedara a hacer el aseo de todos los salones de esta planta, no se irán hasta que los vea relucientes.

¡Quiero golpear a ese profesor ahora! Quede de verme con una chica que no recuerdo su nombre, hasta ya reserve el hotel.

-profesor es injusto-protesta Natsu.

-no profesor-dice la fresa del salón Mary.

-a su tarea le agregan las páginas del libro 113, 114, 115, 116 y 118 resueltas completas, no olviden que no les he dicho las demás tareas ¿alguien más tiene otro reproche?

¡Desgraciado!

No le bastó con dejarnos las páginas del libro, dejar problemas del tema de hoy, resumen mínimo de 5 hojas del tema siguiente y anunciar un examen para evaluación continua, sino que le tuvo que agregar una dinámica tan aburrida y con un montonal de trabajo.

Por fin termine todos los problemas. El timbre suena, esperando a que todos desalojen la plata c para asear los salones, los conserjes nos prestan escobas y cubetas.

Barro, limpio, sacudo, lavo el pizarrón, trapeo, acomodo alineadamente las bancas, hasta que término del salón que me toco, levanto la bolsa negra de basura y salgo del dichoso salón.

-¿dónde pongo esto?-pregunto, el conserje me indica que las deje al fondo, ellos se encargaran de eso. Camino hasta el fondo del pasillo y la dejo ahí con algunas otras de mis compañeros.

Me llama la atención una puerta, nunca me había percatado de ella, ya perdí toda mi tarde aquí, volteo y nadie me observa, abro la puerta mí me introduzco en el lugar, es oscuro pero hay escaleras y hasta riba otra puerta, subo y al abrir la segunda puerta llego a la azotea de la escuela, nunca había estado aquí.

Y ahí está la chica que salió corriendo. Su mirada esta clavada en el cielo no se da cuenta de mi presencia, se nota que ha estado llorando, pero no lo voy a negar es la primera vez que le veo bien, detalladamente y es....jodidamente hermosa, su pelo azul rizo es una cascada espectacular donde desearía hundir mi nariz, su piel tan blanca que parece suave terciopelo la quiero marcar de besos, sus labios sensuales rojizos naturales anhelo devorarlos y sus ojos azules estoy ansioso de que me mirasen para perderme en ellos. Talvez suene cursi pero parece que me he encontrado con un ángel. Si alguien me escuchara estallaría en carcajadas.

Y entonces sucede que asta a el más rebelde puede caer enamorado.....

Mas triste que el azulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora