Capítulo 4

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14 de Abril de 1912

En el Mar

Draco ya estaba esperando cuando Hermione llegó. Ella se sorprendió al encontrarlo vestido de manera tan informal, sobre todo cuando, seguramente, la cena en la primera clase recién acababa de finalizar. Se detuvo en silencio, admirando su figura alta y elegante apoyada en la barandilla, mirando el cielo sin luna que se extendía sobre su cabeza... exactamente donde se habían conocido sólo cuatro noches atrás.

-Hola -lo saludó finalmente.

Draco se volteó rápidamente, sustituyendo su expresión melancólica por una de alegría -¡Hermione! -Tres zancadas lo llevaron hasta su lado, y le tomó ambas manos entre las suyas- Te he extrañado -dijo antes de besarla en la mejilla, y luego depositar suavemente los labios sobre los de ella.

Cualquier preocupación que Draco podría tener, habían perdido interés completamente -Yo también te extrañe, Draco. Tú... tú eres todo en lo que he podido pensar -reconoció sonrojándose tan pronto como las palabras habían salido de su boca, pero Draco le acunó el rostro con la palma de su mano y bajó sus labios a los de ella nuevamente. El beso se mantuvo casto, pero Hermione podía sentir la mano temblorosa del rubio, por lo que la cubrió con la suya, apretándole los dedos para tranquilizarle.

-No te lo dije antes porque no sabía como te sentirías al respecto... -comenzó Draco, le sujetó la mano y la llevó nuevamente hacia la barandilla. Hizo una pausa mirando hacia sus dedos entrelazados.

-Draco, ¿qué? ¿Qué me quieres decir?

Él se llevó la mano a los labios y besó uno y cada uno de sus dedos -En primer lugar, quiero decirte que... bueno, que he abierto los ojos, Hermione. Tenías razón ese día en la cubierta. Yo vengo de un lugar de privilegio, pero a un costo.

Hermione frunció el ceño -No entiendo, Draco - dijo Hermione y Draco se echó a reír.

-Ni yo, Hermione, ni yo... Déjame ver si me puedo explicar...

La llevó hasta un banco cercano, apretó su mano entre las suyas y con el dedo pulgar comenzó a acariciarle el dorso de la muñeca.

-Yo crecí en Wiltshire, en tierras pertenecientes a la familia de mi madre, era una casa de campo encantadora... la envidia de todos en el pueblo. Era el único hijo de mis padres. Resumidamente, un malcriado...

Los dos se rieron y Draco se encogió de hombros -Es de esperar, Draco -dijo Hermione- Yo también soy hija única, y a pesar de no nacer en su privilegio, entiendo perfectamente como te consintieron.

-Entonces, tal vez puedas entenderme. De alguna manera sabía que podría -Draco se recostó y extendió su brazo envolviendo la espalda de Hermione y acomodarle la espalda contra su pecho. Aspiró su dulce aroma a lilas y continuó- Mi padre nunca fue una persona cálido con nadie, ni siquiera con mi madre, rara vez los vi en una actitud cariñosa, sobre todo a los once años cuando comencé la escuela. Mi madre murió poco después que salí de Eton.

Hermione jadeó por sus palabras y apretó el agarre de sus manos.

-Fue rápido. Su corazón era frágil y, finalmente, le falló. Yo estaba con ella cuando murió y las palabras de despedida que me dedicó fueron que siguiera a mi corazón e hiciera que se sintiera orgullosa.

-¡Oh, Draco! Yo sé que ella debe estar tan terriblemente orgullosa de ti. Eres un hombre estupendo, y cualquier madre estaría feliz de poder reconocerte como su hijo -Hermione apretó sus dedos contra los labios, pero la emoción en sus ojos llenó el corazón de Draco.

Titanic - Por el mundo que acabamos de dejar (AU Dramione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora