Capitulo uno

56 3 1
                                    


No era por demás mencionar que estaba harto de todo lo que decían a mí alrededor. Estaba contento, sí, pero simplemente no podía hacerme a la idea de que finalmente el estuviera con alguien más que no fuera yo mismo. Yo sabía que su sonrisa no era sincera, que todo esto estaba hartándole a él también porque ambos sabíamos que no podíamos estar lejos uno del otro...

...

Primer encuentro.

Recordaba con esmero aquella vez que sin más, había dicho todo lo que necesitaba, de golpe. Ambos habían quedado shockeados por la sorpresa reflejada en la cara del otro, pero que podían hacer, los sentimientos de ambos eran iguales uno del otro, mas sin en cambio uno lo tenía bastante claro y el otro aun con miedo lo negaba rápidamente.

Por supuesto que el más alto no tenía la más mínima necesidad de pensar las cosas, lo había soltado a los cuatro vientos, en plena calle. El otro agradecía con desenfreno que la avenida estuviese despoblada por la hora, y vamos, que esto no podía tomárselo enserio si el otro estaba más que ebrio, y aunque sabía que el alcohol no le afectaba, trataba de hacerse a la idea que todo era una estupidez de un hombre borracho.

— ¡¿Acaso no te das cuenta en que circunstancias te encuentras?! – Elevo la voz — ¿Podrías decirme, porque carajos no aceptaste a que ninguno de nosotros te acompañara? –

El castaño estaba harto. Había sacado al otro de la tienda rápidamente antes de que comenzara a gritar dentro del establecimiento. Apretó el puente de su nariz con enojo, dejando que el otro terminara de decir lo que tuviera que reclamar.

— ¿Has terminado ya?

— Saga, estoy hablado enserio. – reclamo con cansancio. – Tú no tenías por qué venir solo. Pudiste pedirme que te acompaña...

— ¿Para qué? ¿Para qué estuvieras igual que ahora reclamando por lo mismo de siempre? – interrumpió.

Ambos se miraron con enojo. Por supuesto que no era la primera vez que discutían por una tontería como esta, pero para Saga comenzaba a ser una molestia. Le quería mucho, tanto que incluso le asustaba pensar de esa manera, y aunque cada minuto que pasaban a solas era divertido, este tipo de momentos lo sacaban de quicio. El más alto no se retractaba de esa mirada que le daba a todo aquel que giraba a mirarles.

— Estoy contento de que te preocupes por mí. – Continuo – realmente les agradezco a todos ustedes, pero yo ya no soy un niño. Puedo ir y venir a donde me plazca.-

— Eso es lo que odio de ti.

— ¡¿Si tanto lo odias que carajos haces aquí?!

— Sabes muy bien porque lo hago.

— No me interesa saberlo...

El más alto agacho la cabeza.

¿Qué podía hacer al respecto? Quería abrazarle, decirle que le perdonara por hablarle de esa manera, que el también sentía lo mismo... Aunque no de la misma manera, el no podía, no debía pensar así, era, antinatural. Lo único que hizo fue pedirle que se fuera a casa y que razonara todo lo que había dicho y lo que había hecho, y que se repitiera en la cabeza que debía dejarle hacer su vida porque nada de esto le interesaba.

Y claro estaba que a Tora le dolía, le dolía tanto que se reía de sí mismo por estar enamorado de una persona como el, de aguantar todo lo que le dijera, de que le provocara uno celos que nunca antes había sentido por nadie. Lo único que podía hacer era irse a casa y razonar que no podía volver a comportarse de esa manera, de crear un discurso para el día siguiente poder pedir disculpas como se debía. Estaba tan encerrado en ese sentimiento que no se daba cuenta que estaba haciendo todo lo que el otro le pedía.

[Two-Shot] OpportunityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora