xvi. editado, releer

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capítulo dieciséis | samanthados lobas

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capítulo dieciséis | samantha
dos lobas

          Observé mi figura en el espejo de mi habitación, levantando la barbilla para tener una mejor vista de la marca de Caleb que ahora se luce en mi cuello; es curioso, nunca creí que alguna vez llevaría una. La marca se habia convertido en una fantasía de adolescente hace muchos años y el verla ahora en mi cuerpo se sentía irreal.

          Caleb era irreal.

          Escucho tres toques que me indican que alguien llama al la puerta, por su olor sé que es Nick, no se puede oler u oír nada desde fuera pero por dentro todo sigue igual. Me había costado una vida encontrar brujas y hechiceros lo suficientemente competentes para lograr dicho efecto, pero definitivamente valia la pena el esfuerzo. Me acerco a la puerta y la abro, Nick entra y sonríe mientras me huele y observa la marca en mi cuello.

          — Waw, tal parece que eres suya, ¿Que se siente ser la Luna de una de las manadas mas fuertes de toda Europa?

          — Aún no soy Luna de la manada pero la marca se siente muy bien, si soy sincera. Es como si... él estuviera aquí conmigo, yo... No me siento sola. —explico y siento mis orejas calentarse, las palabras son tan curisis que me cuestan decirlas en voz alta. Nick me da una sonrisa cálida y me abraza por los hombros.

          —No sé nucho sobre estos temas, pero tengo entendido que los olores corporales cambian, y tu olor no ha cambiado del todo ¿Por qué? —el recuerdo de Caleb con su cabeza entre mis pechos besandome de una forma placentera llegó a mi mente en segundos, también lo hizo el rostro de su beta, Stefan y como nos interrumpió.

          —Si, hum... Sobre eso, cuando estábamos por completar la unión, su beta entró y nos interrumpió... Fue muy vergonzoso —a medida que le contaba lo sucedido el volumen de su risa iba en aumento al igual que el enrojecimiento en mis mejillas—. No es gracioso Nick. Cuando estés a punto de tocar a Cora llevaré a Caleb a donde estén —su risa paró.

          —No lo harías. Por sierto, ¡Me besó!  —la alegría inundó su voz, estoy feliz por mi amigo, merece un poco de alegría después de toda la mierda por la que pasó a lo largo de su vida—. Fue muy delicado y... Dulce. Claro que solo fue un inocente beso en mi frente pero... —hizo una pausa—. Mierda, parezco un jodido adolescente virgen que aún no dio su primer beso.

          —Te gusta mucho.

          —No solo eso, yo... La amo. Ella es mía Sam, es mi compañera... Ella es todo para mi. Jamás creí que la encontraría, he hecho tantas cosas malas en mi vida, tantos errores, tantos años buscando y creyendo que no la encontraría o que estaba muerta y ahora... Está aquí, tan cerca de mi, y le agrado, y... No se siente real—Nick se veía pequeño y vulnerable, como muy pocas veces lo habia visto en mi vida. El maldito estaba enamorado. Lo veo suspirar y pasarse las manos llenas de  tatuajes por la cara—. Sólo quedan dos semanas para su cumpleaños 16, ¿Y si me rechaza?

MI ROGUE [1] © [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora