Segunda ley

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"Lo que sucede es la única cosa que podía haber sucedido": Nada, absolutamente nada de lo que sucede en nuestras vidas podría haber sido de otra manera; lo que pasó fue lo único que pudo haber sucedido, todas y cada una de estas situaciones son perfectas, aunque nos resistamos a aceptarlo.

Guillermo

-Willy, abre la puerta por favor – escuche que rogaba mientras golpeaba desesperadamente la puerta de mi habitación.

-¡No! – fue lo único que pude responder tratando de ahogar un sollozo por las lágrimas que ya amenazaban en salir.

-No llores, te juro que no quise hacerlo es solo que... - al escuchar aquello no pude evitar pegar un brinco fuera de la cama y caminar lleno de ira hacia la puerta; al abrirla lo tope de frente y de inmediato sentí como sus brazos me rodeaban y presionaban contra su cuerpo con fuerza.

-En verdad lo siento, pero no pude evitarlo, perdóname, nunca lo volveré a hacer, no quiero perderte Willy, realmente no quiero perderte – escuchaba sus palabras cerca de mi oído y su aliento tibio chocar contra mi cuello, sus brazos seguían presionándome contra su cuerpo y podía sentir como temblaba como una frágil hoja a punto de caer, no pude evitar corresponder desesperadamente su abrazo, me hacía sentir seguro, como si en ese momento no existiera nadie, solo nosotros.

-¿En serio no querías hacerlo? – atiné a decir tras unos largos minutos abrazados cuando ambos nos habíamos tranquilizado.

-¿Cómo? – preguntó separándome un poco de su cuerpo para mirarme directamente a los ojos.

-¿En realidad no querías besarme? – insistí en mis cuestionamientos, no podía apartar mi vista de la suya, sus ojos contenían unas cuantas lagrimas dándoles un brillo hermoso.

-¿Por qué lo preguntas? – dijo desviando la mirada a sus manos que se aferraban con fuerza a mi brazos.

-Quiero saber – respondí mientras acunaba su rostro entre mis manos para que me mirara nuevamente a los ojos, pude sentir como su barba de tres días producía un cosquilleo entre mis palmas y mi corazón comenzó a latir con fuerza.

-Te diría que no, pero...- sus ojos hacían una divertida danza mientras miraban los míos y mis labios alternadamente.

-¿Pero? – pregunté en un susurro mientras me acercaba a su rostro de a poco.

-Te mentiría – continuó en un susurro mientras rompía la distancia entre nosotros, sus labios tomaron los míos como lo había hecho anteriormente pero esta vez no salí corriendo, no quería huir solo quería que aquel beso fuera eterno.

La primera vez que nos besamos había sido haciéndonos los tontos mientras jugábamos en la sala de nuestra casa, después de eso habíamos aclarado las cosas y terminamos fundidos en un nuevo y más cálido beso uno que expresaba lo que ambos sentíamos pero que no nos atrevíamos a externar; a aquel día le siguieron otros maravillosos, días que se convirtieron en semanas y semanas en meses, descubrir cuanto nos queríamos en realidad fue lo mejor que nos pudo pasar, "¿Y si no me hubiera besado aquel día?" siempre me cuestionaré eso, aunque la respuesta siempre será la misma, si no hubiese hecho él seguro lo haría yo y es que eso era lo único que pudo haber pasado tarde o temprano Samu y yo terminaríamos por aceptar nuestros sentimientos, tarde o temprano terminaríamos por enamorarnos tanto como lo estamos ahora el uno del otro.

"Lo que sucede es la única cosa que podía habersucedido" 

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Las imágenes no son mías, créditos a los autores y autoras de ellas :)

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Las 4 leyes de la vida (Mini One-Shots Wigetta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora