Las 4 leyes de la vida (Mini One-Shots Wigetta)

Tercera ley

"Cualquier cosa que comience es en el momento correcto": Todo comienza en el momento indicado, ni antes ni después, simplemente cuando estamos preparados para que aquello nuevo inicie en nuestras vidas, solo entonces dará inicio.

Samuel

-¡Vamos Samuel, tu puedes! - me repetía una y otra vez tratando de darme ánimos - ¡¿Qué somos leones o...?! ¡Vamos, que solo es una pregunta! - si bien el valor no era mi máxima cualidad, nunca me acobardaba ante casi ninguna situación pero en aquel momento hasta la voz me temblaba.

-Bien, llegas, tocas la puerta, le preguntas, esperas su respuesta y te vas; ¿Qué es lo peor que podría pasar? - reflexioné unos segundos tras mis últimas palabras de aliento - Lo peor sería que te dijera que no - y pronto sentí que un balde de agua helada caía sobre mí, si eso era lo peor, mejor sería no arriesgarse ¿o sí?

Respiré profundamente y salí de mi habitación, llevaba los puños cerrados tratando de centrar en ellos mi punto de apoyo sintiendo que tenía algo a lo que aferrarme, las piernas me temblaban lo que me hacía caminar de forma extraña por el pasillo, justo antes de llegar al salón pude escuchar su voz proveniente de la cocina, tarareaba una canción que no supe distinguir y de inmediato frené en seco para apoyarme contra la pared y evitar ser visto. No sabía que me pasaba, ¿Por qué estaba tan nervioso?, repase nuevamente mi plan mientras apretaba los parpados con fuerza tratando de recuperar el valor perdido hace unos instantes; suspire pesadamente y salí de mi escondite rogando al cielo mantener el paso firme, me planté frente a la mesa mirando directamente hacia donde se encontraba Willy.

-¡WILLY! - la voz me traicionó haciendo que le gritara inconscientemente, de inmediato se giró dando un salto muy gracioso por el susto que le acababa de pegar.

-¿Vegetta?, tío me asustaste - dijo llevándose una mano al pecho y suspirando pesadamente - ¿Por qué gritas?

-Y-yo, n-no lo sé - genial ahora estaba tartamudeando, en definitiva mi plan se estaba yendo al carajo.

-Estaba a punto de llamarte, no sabía que preparar para cenar y quería saber que te apetecía a ti- mencionó mientras se acercaba un poco hasta donde aún me encontraba completamente paralizado, por inercia retrocedí chocando contra la mesa de cristal al ver que caminaba hasta mí.

-¿Qué te pasa? - dijo en medio de una carcajada por mi expresión de dolor al chocar con aquel mueble - primero me gritas y ahora huyes de mí, ¿Qué tienes macho? - preguntó mientras tocaba dulcemente mi mejilla y terminaba de acercarse por completo a mí, fue entonces cuando todo el nerviosismo se esfumó.

Llevábamos meses en aquella extraña situación, manteniendo una relación que ya no era solo de amigos, pero que tampoco nos habíamos preocupado por catalogar de alguna manera y eso era precisamente lo que me tenía en aquella absurda situación. Los brazos de Willy rodearon mi cuello y depositó un cálido beso en mis labios esbozando una tierna sonrisa que no pude más que corresponder.

-Te quería preguntar algo - dije apartándolo un poco de mí, un tanto más relajado mientras acariciaba su cintura.

-Dime - su tono de voz era dulce y tranquilo.

-¿Quieres salir a cenar hoy?, tengo algo importante que decirte y por eso quiero que sea en un lugar especial - al fin pude continuar con mi plan.

-¿Es por eso tan importante que me tienes que decir, por lo que estabas gritándome? - pregunto divertido generando que me sonrojara inevitablemente.

-¡Calla tonto! - respondí soltándole un leve golpe en la nuca mientras me retiraba apenado a mi habitación - a las ocho te quiero en el salón súper guapo y listo para irnos.

-Vale - dijo sobándose el golpe con esa sonrisa que me encantaba.

A las 8 en punto salí de mi habitación encontrándome con Guille vestido de manera sencilla pero elegante al mismo tiempo, dando vueltas por el salón mientras miraba distraído su móvil, sin mucho que decir salimos rumbo a aquel restaurante del que me había hablado Lana hace algunos días, ese lugar tan romántico y perfecto para hacerle la pregunta que tantas vueltas me había dado en la cabeza desde hacía 2 semanas.

-¿Qué dices? - fue lo único que pudo decir tras escuchar el meloso discurso que le había recitado, explicándole mis sentimientos y mi deseo de "formalizar" nuestra nueva y maravillosa relación.

-¡¿Qué si quieres ser mi novio?! - y de nuevo los nervios me habían hecho elevar un poco la voz, afortunadamente no lo suficiente como para que el resto de comensales me escuchara, Willy solo pudo soltar una carcajada que mezclaba diversión y evidente nerviosismo por la situación en la que nos encontrábamos.

-Samu, ya sabes la respuesta, claro que quiero.

-¡Sabía que no debía preguntarte, es que soy tonto, no sé porque lo hice fue muy apresurado, lo siento si te incomodé y es que no sé cuál es mi necesidad de ponerle nombre a esto tan especial, pero es que es tan hermosos compartir cosas a tu lado solo pensé que llamarte "mi novio" lo haría mejor, pero ya veo que me equivoque, Willy lo siento si te incomode pero! - no había escuchado su respuesta, tenía tanto miedo a su rechazo que sin más comencé a disculparme.

-¡SAMUEL DE LUQUE! - su grito me hizo callar al instante, nadie, además de mi madre me llamaba por mi nombre completo, y solo cuando se cabreaba conmigo.

-¿Qué pasa? - dije con voz ahogada.

-¿Es que acaso no escuchaste que te dije que sí? - preguntó mientras tomaba mis manos y sonreía tiernamente.

-E-enserio - mi voz salía entre cortada, no podía creer lo que acababa de escuchar; fue entonces cuando Willy se acercó para darme el beso más dulce que jamás me habían dado, sus labios tenían gusto al pastel de chocolate que había tomado como postre, era un beso lento y perfecto.

-¿Soy un tonto, cierto? - sonreí en medio de aquel beso.

-Sí, pero ahora eres mi tonto.

"Cualquier cosa que comience es en el momento correcto"

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Las imágenes no son mías, créditos a las autoras y autores de ellas... :)

Cualquier comentario, sugerencia, notita de amor se agradece, besitos con sabor a gominola de fresa :3