El Comienzo de Algo Nuevo - Shoot

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NOTA: Escucha el video que esta a la derecha mientras lees. Si se termina, puedes reproducirlo hasta que acabas, así fue como me inspiré en hacerlo. Espero te guste

Y ahí se encontraba ella, llorando amargamente por él; por ese chico que jamás la quiso, por ese chico que siempre le traía más de un problema, por ese chico que le traía más lágrimas que felicidad.

-Dos Años después-

Ella caminaba por las frías calles del Central Park junto a su perro, Spot, un gran dálmata; si, era algo lógico su nombre, nunca había sido buena para los nombres. Caminaba tranquila, disfrutando del clima, pues odiaba el calor. Además, que se acercaba Navidad, y esa era la época que más amaba. Sonrió al recordar a su familia, pronto llegarían a visitarla, los extrañaba.

Se detuvo automáticamente, ahí se encontraba él, ese hombre quien la daño anteriormente y por quien ahora ya no podía creer tan fácil en las personas. Aún recordaba el momento cuando ella termino con él, había sido la gloria para ella. Jamás se había sentido tan libre. David, así se llamaba ese chico. La humillo, la traiciono varias veces, pero ella siempre lo perdonaba. Hasta ese día. Ese día había llegado a su apartamento, entro y vio ropa tirada. Frunció el ceño y camino a su cuarto, escucho varios gemidos de dos personas. Y si, era David una de ellas. Suspiro, cerró los ojos, abrió la puerta y ahí los vio, a él y a su ex mejor amiga, juntos, en la cama, desnudos. Había sentido un inmenso dolor, y más de parte de ella. Los dos comenzaron a pedir disculpas. “¡Basta!” les grito ella. “¡Largo de mi apartamento, ahora!” dijo, y se sorprendió de haber sonado tan fuerte y decidida. “Amor, solo fue un desliz, no volverá a pasar” le dijo David y toco su mejilla. Con todas sus fuerzas, golpeo la mejilla de David; este la vio incrédulo. “Lárgate, vete, no vuelvas a buscarme. Estoy harta” le había gritado ella. Luego de eso, ella se encerró  en el baño y espero a que ambos salieran de su apartamento. Y así fue, 20 minutos después, ya se habían ido. Miro su cama, jamás volvería a dormir ahí, se dijo así misma.

Y así fue como termino con David, y como decidió comenzar una nueva vida, en un nuevo departamento. Y ahora era feliz, libre. Siguió su camino, esperando a que él no se le acercara, si, ya lo había superado, pero eso no significaba que lo quería ver, o hablarle. Iba tan sumergida en sus pensamientos que no tenía bien agarrada la correa de Spot, y este, al ver varias palomas, comenzó a ladrar y salió corriendo.

-¡Spot! – grito y corrió tras él. -¡Detente! – le grito, y su perro seguía corriendo. Y se detuvo, tratando de respirar.

-¡Mierda! – escucho que gritaban, ella levanto su vista y vio a su perro encima de un chico, ¡Dios, no! Pensó ella. Rápidamente se acercó a él, tomo a Spot de la correa e hizo que se quitara. Él se puso de pie y se sacudió la grama que había quedado en su jeans y suéter.

-C… como lo siento – dijo ella nerviosa. – Él nunca es así, yo… lo siento – dijo ella.

-Deberías de tener más cuidado – dijo él sin verla.

-Tienes chocolate en tu camisa – dijo ella. –Se vuelve loco al oler chocolate – explico refiriéndose al perro. – Lo siento, de verdad.

-Ya, no importa – dijo él y levanto la vista. Y la vio, ella tenía sus mejillas levemente rojas. –Soy Harry – dijo y extendió su mano.

-Me llamo Nicole – dijo ella y tomo su mano en forma de saludo. Y su perro ladro – y si, él es Spot – dijo. Harry sonrió y se agacho al perro para acariciar su cabeza.

-Hola, Spot. – se puso nuevamente de pie y la vio. Era linda, parecía tierna e inocente. Como un ángel. ¡Tengo una idea! Pensó Harry. –Oye, ¿quieres ir a tomar algo? Hay un Starbucks cerca – dijo y ella con duda lo miro – Me debes una – dijo, no dándole opción a Nicole más que acompañarlo. Ella sintió. Caminaron en silencio, uno al lado del otro.

Llegaron al lugar, ella pidió un Java Chip y brownie, pero tuvo que quedarse afuera por Spot. Él fue a pedir sus órdenes, y luego de cinco minutos salió y tomaron asiento en una de las mesas que estaban ahí afuera. Comenzaron a hablar de cosas típicas, como cuantos años tenían, a lo que él respondió que tenía 20. Ella era un dos años menor que él. Cuál era su banda favorita, cantante, comida favorita, etc. Cosas generales de cada uno, pero que al final, daba mucha información.

Él era guapo, tenía una sonrisa dulce y hermosa, junto a sus lindos hoyuelos, que daban ganas de puyarlos. Ella rió por eso. Su pelo era bonito, llamaba la atención, sus rizos le hacían ver más guapo. Y sus ojos, verdes, parecían dos esmeraldas llenas de misterio. Sus labios rosados y carnosos, parecía como si tuviera un cartel que decía “Vamos, pruébalos” cada vez que hablaba. “Tonta” se dijo así misma. “¿Cómo puedo estar pensando esto?” se preguntó. Terminaron de comer y dejaron el lugar. Caminaron al parque y se sentaron en un gran árbol. Nicole le quito la correa a Spot para que este anduviera libre, confiaba en ese perro.

El sol poco a poco comenzó a ocultarse, y ella sintió un pequeño vació, sabía que tenía que irse ya, y para ser sincera, no quería irse, no quería dejar a Harry. Ella se sentía tan bien junto a él, a pesar que solo llevan horas de conocerse. Pero, él era un chico interesante, divertido, relajado.

-Ya es hora que me vaya – dijo ella y se puso de pie. Él la imito, asintió y le sonrió.

-Dame tu número – dijo él. Ella saco su celular y le dio su número, y él a ella.

-Spot – grito y el perro llego a ella rápidamente. Le coloco la correa y se despidió de Harry con un beso en la mejilla. Comenzó a caminar, cuando ya se encontraba lejos sintió como alguien la tomaba del brazo e hizo que girara, la tomo por la cintura y la pego a él. Ella sonrió al ver la hermosa sonrisa de Harry.

-¿Qué… qué haces? – pregunto nerviosa.

-Shh…  - dijo y acerco sus labios a los de ella. El corazón de ella comenzó a palpitar rápidamente, nervios, emoción, eso era lo que sentía. Sabía que estaba loca, iba a besar a un chico que acababa de conocer horas atrás. Sus labios rozaron, podían sentir la respiración del otro. Él le acarició la mejilla, provocando que se sonrojara levemente. – Eres hermosa – dijo. Y unió sus labios en un beso tierno, lento. Ella cerró sus ojos y siguió los movimientos de Harry. Y así empezaron, un juego lento. Sus labios se movían; ella abrió un poco más su boca, permitiendo así a que la lengua de Harry jugara con la suya, se sentía tan bien. Él la tomo del cuello, acercándola más, profundizando más ese beso. Ella rodeo el cuello de Harry son sus brazos, y comenzó a tocar los rizos de él, tal y como había querido desde que lo vio. Los labios de él tenían un sabor indescriptible, ella solo sabía que podía llegar a ser adictivo.

Se tuvieron que separar por falta de aire, juntaron sus frentes. Él abrió los ojos y pudo contemplarla, sus ojos seguían cerrados, sus pestañas eran largas, sus mejillas estaban rojas, sus labios igual. Él sonrió, ella estaba así por él. Ella abrió los ojos, topándose con esos grandes ojos verdes, él era hermoso, perfecto. Sonrió al ver sus labios, estaban más rosados de lo normal.

-Me gustas mucho, Nicole – dijo él aun cerca de ella. – sé que llevamos horas de conocernos, pero en serio, me gustas. Quiero enamorarte, cada día – dijo él. Y el corazón de ella empezó a latir a mil por hora. ¿Eso era real? –Quisiera hacerte feliz, quiero sacarte una sonrisa cada día. ¿Qué dices? ¿Me das la oportunidad? – dijo él. Ella lo pensó por dos minutos. Si le decía que si, podría ser feliz, o tal vez no. Ya había sufrido una vez, no quería volver a hacerlo. Miro a Harry, miro sus ojos que transmitían sinceridad. “La vida no sería vida si no te arriesgas” recordó las palabras de su madre. Bien, le diría que sí. Tal vez con ese sí se estaba condenando, o…. podría llegar a ser la mujer más feliz. ¿Por qué no probarlo?

-Sí, Harry. Te daré una oportunidad – dijo ella sonriendo. Él sonrió, dejando ver sus hermosos hoyuelos y sus dientes blancos. Junto los labios de ella nuevamente, para sellar ese momento.

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