Mi Amor (Sam Claflin & Tú) One Shot

Mi Amor

                  

Eran exactamente las seis de la mañana cuando Chloe con su cabello enmarañado (que nunca solía estar, debido a lo lacio de su cabello) se dio la vuelta para ver a su novio.

El día anterior, habías llegado temprano del trabajo, te sacaste los tacos en la entrada, lanzaste tu bolso al sofá y luego te dirigiste a la cocina. Buscaste en el mesón el frasco de galletas, pero no lo encontraste así que empezaste  a rebuscar en los estantes, exactamente en el estante más alto de la cocina viste tu preciado frasco de galletas.

Te pusiste de puntas, y cuando estabas  a punto de tener el frasco en tus manos, sentiste las cosquillas que Sam te proporciono. Bajaste los brazos en seguida.

-para Sam – dijiste riendo, el paro, te tomo de tu cintura y te levanto esos escasos centímetros que te faltaban para tener tu frasco de galletas – creí haber dejado el frasco en el mesón – te volteaste a mirarlo con una ceja alzada.

-creí haberte oído decir que harías dieta – Sam se encogió de hombros

-¿me estás diciendo gorda acaso? – metiste una galleta a tu boca, Sam sonrió inocente, tu lo miraste ofendida, pero con cierta pizca de diversión que apenas se notaba. Sabias que Sam solo bromeaba, pero eso no quito que le lanzaras una galleta. Sam cambio su sonrisa inocente, por una socarrona y fue cuando lanzaste un grito agudo, dejaste el frasco de galletas detrás de ti y saliste corriendo a la sala.

- no huyas Park – dijo él mientras te seguía, miraste hacia atrás de reojo y volviste a lanzar un grito, ya que Sam estaba tras de ti, subiste las gradas de dos en dos riendo, y cuando estabas a punto de llegar a la habitación el tomo tu cintura, te cargo y te lanzo a la cama con cuidado, para después seguir con las cosquillas, los dos reían y tu tratabas de quitar sus manos para que parara. Fallaste en el intento, el tomo las tuyas con una sola mano y llevo tus manos sobre tu cabeza, dejo de hacerte cosquillas – respira – dijo al ver que no parabas de reír, tu pecho empezó a subir y bajar mientras tu controlabas tu respiración.  Los dos se miraron y sonrieron.

-¿no me vas a besar? – preguntaste al ver que él se mordía el labio.

-muero de ganas por hacerlo – te dijo, tu levantaste la cabeza y lo besaste. Su agarre en tus muñecas se aflojó, entonces lo tomaste del cuello y empezaste a masajear su cabello. Aunque tu beso era suave y tranquilo, Sam no tardo en volverlo, lo que llaman besos salvajes.

Y eso explicaba, que hoy tu cabello extremadamente lacio este enmarañado, que Sam tenga el cabello pegado a su frente y que los dos estuvieran descubiertos de la cadera para arriba. Aunque tú estabas boca abajo, así que, solo tu espalda estaba descubierta.

Te quedaste mirando a Sam y por primera vez en meses, creíste que había una solución diferente, creíste que lo podrías arreglar, que podrías hacer que todo vuelva a funcionar. Sam no es un mal chico, ni un mal novio, pero últimamente, todo lo arreglaba con una sonrisa o sexo.

Desde hace meses sientes que el ya no te hace el amor, sientes que el solo folla contigo. Y  como no sentirse así, si cuando terminan él se da la vuelta dándote la espalda. Pero anoche había sido diferente, cuando tú te diste la vuelta, el abrazo tu cintura y dejo un suave beso en tu cabeza.

La alarma de las seis y media sonó, Sam se movió un poco pero no se despertó.

-despierta mi amor – susurraste en su oído, el negó con la cabeza, tú te apoyaste en tus codos y pusiste tu rostro a la altura del suyo, sin darte cuenta que uno de tus pechos, chocaba con el suyo, y lo besaste suave – vamos, dijiste que me llevarías al trabajo.

El abrió los ojos de golpe – lo siento – dijo sonriendo inocente

-no sonrías Sam – dijiste suspirando y tu aire alegre se había esfumado, estabas a punto de levantarte cuando Sam te agarro.