Sick For You (Mika x Yuu)

Sick For You

Desde que se habían reencontrado, Yuu notaba a su excompañero de orfanato y "hermano" extraño a su alrededor, y no solo por el hecho de que ahora fuera un vampiro. Antes de la segunda, tal vez tercera, tragedia de sus vidas, el rubio jamás había tenido problemas para comunicarse con él y manifestar su opinión sobre todas las cosas. Ahora, a simple vista, parecía que eso no había cambiado, pero Yuu lo conocía demasiado bien como para no darse cuenta de que había algo que no le decía. Y él se había dado cuenta de que era.

Ah, Mika era tan mono. Él también le amaba, ya que los cuatro años pensando que estaba muerto le habían abierto los ojos sobre sus sentimientos por él. Pero iba a esperar a que él lo admitiera, simplemente por una cuestión de orgullo (además, le hacía ilusión que alguien se le declarara).

Mika le había citado esa noche en la terraza del instituto. Expresamente le pidió y requeté pidió que fuera solo. Tenía su espada demonizada en la funda, preparado para cualquier cosa, aunque sabía perfectamente que tratándose de él, no la usaría.

El vampiro de ropas blancas y el humano de ropas negras llegaron al lugar al mismo tiempo.

— Bien —comenzó a hablar Yuu—, aquí me tienes. ¿Cuál es el problema?

— No hay ningún problema realmente —admitio Mika—. Es solo que quería decirte algo.

El corazón del de cabello negro se aceleró. ¡Al fin iba a hacerlo!

Por otra parte, Mika tragó grueso.

"Por favor, aceptame como novio —no paraba de repetir en su mente—. Aceptame como novio. ¡Aceptame como novio! ¡ACEPTAME COMO NOVIO!"

— ¿Qué... opinas sobre los homoxesuales? —oh, perfecto.

No es lo que pretendía decir, pero en fin... ¡¿Es que se había vuelto loco?!

Yuu sonrió internamente al escuchar eso. Ay, Mika, que monada. Era inevitable no meterse un poco con él.

— Considero que están enfermos —soltó como si nada, y creía poder decir cual fue el momento exacto en el que el corazón de su rubio se rompió.

— Ah... —soltó él, sin poder evitar notarse decaído — En fin, solo era eso...

Y cuando dio la vuelta para irse, Yuu lo amarró por un brazo. Mika volvió a mirarle interrogante.

— Los considero víctimas de una enfermedad llamada amor, al igual que los heteros —aclaró y notó como la esperanza volvía al vampiro. Yuu le sonrió de forma amorosa—. Al igual que yo por ti, y, por si te lo preguntas, sí, quiero ser tu novio.

Mika no pudo evitar rodear a su humano en un abrazo bastante anhelado. Lo poco que quedaba de vida en su cuerpo bailaba de la emoción.

Poco a poco sus labios se acercaron a la vez que sus ojos se cerraban. Cuando se encontrarón, cerraron un pacto de anhelo, amor y deseo; teniendo a la luna como testigo.

Pronto, Shinoa podría dejar de burlarse de Yuu por ser virgen...