El mundo está regido por colores, solo que la mayoría de veces no nos damos cuenta que le tomamos demasiada importancia.
Todos ellos combinando armoniosamente para poder demostrarnos la hermosa vida que nos rodea. El ser humano en realidad es demasiado afortunado pero irónicamente demasiado ciego a la vez.
Los colores le dan valor a los objetos. Una gema no sería nada si no fuera por el magnífico color que emite, el cual es captado por los ojos del humano, causando un deleite y placer visual.
¿Te imaginas el vívido color del cielo hace unos siglos atrás?
¿Qué pensarías si te dijera que observamos los restos de una civilización muy antigua y superior, que habitó de planeta en planeta logrando ocupar casi todo el universo?
Dícese que hace milenios, existía una raza de seres antropomórficos los cuales se dividían en reinos, cada uno caracterizado por un color. Estos seres poseían una apariencia demasiado similar a la de los humanos del presente, solo que ellos podían diferenciarse por el color de ojos y cabello, los cuales demostraban la tonalidad del reino al que pertenecen.
En la actualidad podemos ver algunos reinos en nuestro sistema planetario, como Los Caelestibus, o en nuestro idioma 'Los celeste' quienes habitaron un gran periodo de tiempo en Urano. Incluso llegaron a pisar el planeta Tierra junto a Los Viride y Los Blue. Nuestro planeta vecino Marte fue conquistado por los Red, una de las matris genus de los demás reinos.
Esta raza a pesar de estar dividida en reinos, era gobernada generalmente por dos imperios, colores que habían dado origen a los demás. Estos dos mantenían cierta rivalidad y discordia entre sí.
Los Nigrum y Los Alba.
Los Nigrum poseían un gran orgullo por su patria. Tanto así que hasta darían su vida por ella. Ellos eran un pueblo guerrero, maestros en las batallas de cuerpo a cuerpo. Un solo pie extranjero en su territorio, 'persona' que terminaba muerta. Esto daría motivos de muchos conflictos con Los Alba, 'gente' que se dedicaba a la investigación de ecosistemas en busca de más conocimientos sobre las razas variantes. Los dos por ser de los linajes élite, se encargaban de monitorear a los demás reinos esperando que no exista algún disturbio.
A pesar de que Los Nigrum eran atroces con Los Alba, ellos eran demasiado generosos y altruistas ante los ojos de las demás razas de colores. Y lo mismo pasaba con Los Alba. Ambos amaban a sus creaciones.
A parte de utilizar a estos dos linajes para poder crear a los demás colores, se necesitó a los matris genus, quienes eran solos 3: Red, Flavum y Blue.
Un día, un Nigrum llamado Xalum, heredero de la corona, decidió ir de expedición a un nuevo planeta que había descubierto hace poco. Equipado con sus armas, que en su mayoría eran puñales de todo tipo de punta, y con unos cuantos guerreros apoyándolo, emprendió el viaje a la tierra desconocida. Xalum se embarcó en su nave mientras entonaba una melodía nativa de su reino. Encendió los motores y a una velocidad increíblemente veloz llegó a su destino.
El joven, esbelto y vigoroso, feliz de haber llegado al nuevo planeta salió de la nave para marcarlo como su nuevo territorio. Llamó a sus camaradas, quienes lo siguieron fielmente llevando una semilla, que sería plantada para determinar que ese planeta era de la corona. Espantosa fue la sorpresa que se llevó Xalum al salir, pues una nave de Los Alba había aterrizado a la par suya. Bianco, heredero del reino enemigo, vestido de una bata del mismo color de su cabello, se encontraba con un rostro de repudio total. Sus finas facciones demarcaban el odio que sentía por Los Nigrum. Xalum tomó una semilla y se agachó para plantarla desafiando al bando enemigo, pero el sonido de un arma recargándose detuvo su movimiento.
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Tonalidades
FantasyLe génesis del mundo que se encuentra ahora. Créditos: Portada: Jazmín M.