Capítulo 9.

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-¿Porque ya no entraste a clases?- le reclamó Jin.

-Porque.... no es de tu incumbencia- Le dije de mala gana.

-¡¡Min YoongGi!! No le hables así a Jinnie - me reclamo NamJoon.

-Ustedes están peor que mis padres, ya ni ellos me hablan así.

-Será tal vez porque ya no vives con ellos.- dijo HoSeok

-Eso no importa, quieren dejarme ya en paz. Todo el tiempo están detrás de mi como si fuera un niñato. No lo soy ok.

-Pero te comportas como si fueras uno.

-Como sea, nos vemos mañana.

Me fui alejando de ahí, ya no quería seguir escuchando quejas de ellos. Los quiero, pero siento que a veces es asfixiante que estén al pendiente de mi.

-YoonGi, nos preocupamos por ti y de verdad ya no queremos verte sufrir de nuevo.

Me pare en seco, no sabía que decirle.

-Queremos que vuelvas a ser el mismo de antes, el que sonreía, queremos que vuelvas a encontrar el amor, queremos que vuelvas a ser feliz.

No dije nada, simplemente escuche lo que tenian que decirme y me marche de ahí. Ni siquiera pude verles la cara, pero sabía perfectamente que me veían con lastima; se que no he sido el mismo desde que me rompieron el corazón e incluso que he sido más frío y grosero con mis amigos.
Se que debo dejar el pasado atrás y mirar hacía adelante, pero soy tan terco que no puedo, sigo teniendo rencor, enojo, estoy destrozado...

Desvíe mi camino a casa, no tenía muchas ganas de llegar temprano a ella. Tomé el caminó largo, tenía muchas cosas que pensar; también tenía hambre pero mucha pereza de cocinar.
Así que recordé que por este camino hay un restaurante pequeño aunque con buena comida, los chicos no lo conocen es como uno de mis lugares secretos donde puedo estar "sólo" por así decirlo ya que obvio hay gente.
Al llegar al restaurante no había tanta gente como otros días, no tenía mucho dinero pero si lo suficiente para comer.
Me senté en una mesa hasta el fondo, la mesera se me acerco pidiendo mi orden. Aunque intentaba coquetearme, incluso se había acomodado el busto casi en frente de mi y hablando con una voz sensual; yo no le hice caso y sólo me dedique a pedir mi orden.
La mesera se fue moviendo sus caderas sensualmente, claro la ignore por completo y fije mi vista hacía afuera. No había nada interesante que ver pero era mejor que los coqueteos fallidos de la mesera.

-Está lista su orden, guapo- me guiño el ojo y se fue.

Me dedique a comer, pero no sé porque de repente me llego a la mente el enano cachetón llamado Jimin. Seguro fue por el pastelillo que ordene, esta enano y regordete. Bueno aunque Jimin no esta regordete sino... como decirlo... ¿está bien? como sea, a mi que me importa ese mocoso.
Seguí comiendo y escuche como alguien entraba al restaurante aunque haciendo mucho escándalo.

-Uno ya no puede tener paz ni para comer. - Murmuré

Escuche pisadas dirigiéndose hacia donde estaba yo, seguro era la molesta mesera.

-¡¡Hola!!- espera un momento yo conocía esa voz chillona.

Al levantar la mirada vi al mocoso de la librería/diagonal universidad.

-¿Me puedo sentar?- me dijo con una sonrisa

mocoso! , ¿qué te trae por aquí?- le dije sin expresión alguna, pero la verdad es que me sorprendió verlo aquí, ni siquiera los chicos conocen este lugar.

El hilo rojo del destino (Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora