capítulo 2

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El diagnostico, nadie se lo imaginaba, ni mis padres, ni los otros doctores, mucho menos mis amigos y sus padres. Todos decían que era imposoble.
La reacción de mis padres, fue rápida y correcta. No hubo tiempo para nada, ni lagrimas, ni pena de otros, solo actuar y por mas destruidos que estaban por dentro, siempre se mantuvieron firmes ante mi, por mas que eso significara llorar a escondidas y rogar a Dios una salida.
Todo empezo a cambiar, me mude de casa. Siempre estaba internada, no podia ver a mi hermanito que apenas tenia 1 año, mis familiares me visitaban en la habitación con esos enormes ventanales, siempre con una sonrisa comentando la buena vista y deseando que mejore pronto pero...¿de qué?. No tenia ni la menor idea.
Todo era tan confuso. Y para colmo era horrible, cuando dormia la via se liaba por mi cuello o movia la aguja de mi mano. Amanecia con sangre hasta la mitad de mi via y la enfermera le tomaba media hora que desaparesca y a mi me generaba un dolor terrible.
Los estudios cambiaron de tomografias a análisis de sangre. Llegue al punto de que las agujas ya ni me incomodaban, conocia tan bien el procedimiento que no tenian que decirme que hacer.
Un día el procedimiento cambio, me quitaron las vias y me dijeron que saldría, me bajaron hasta el estacionamiento donde me esperaba una ambulancia. Me dio tanto miedo, y al darse cuenta mi doctor me llevo en su camioneta, junto con mi mamá.
Cuando llegue entre en una habitación fría, con una máquina que me resultaba familiar. La máquina era para resonancia magnética, nunca me sedaban para ningún estudio, pero está vez si. Primero objete, e incluso intente hacerlo sin anestesia, pero no lo logre. Me anestesiaron. Al día siguiente desperté perezosa con el sol dándome directo en el rostro. Estaba de nuevo en el hospital.
Busque a mi mamá con la mirada y ahí estaba, a mi lado, observándome con una sonrisa que ocultaba algo muy profundo. El día transcurrió haciendo lo mismo, bromeando con las enfermeras, dando un paseo por el piso. Saludando a quien me dedicaba una mirada y una sonrisa.
Luego al caer la noche llego mi papá y momentos después un doctor "nuevo" se presento, siempre sonriente. Me caía bien y la verdad debía ser así, nunca me hubiera imaginado todo el tiempo que lo vería.
Me intentaron dar una explicación simple a algo tan complejo y como olvidarle.
-Alexia- me dijo tranquilo el doctor "nuevo" que era oncólogo- tenemos que explicarte algo- dijo observando a mis padres.
Asentí sin entender mucho.
-tenes un bicho en tu espalda- causa gracia ahora, en ese entonces no lo fue- y crece cada día mas, tenemos que sacarte, antes de que sea mas grande- dijo.
Yo solo asentí. No entendía y ademas ¿cómo lo iban a sacar?.

N/a: Holaa!... todas las semanas estaré subiendo un nuevo capítulo, no tengo un día fijo, pero sera cada semana.
No olviden votar si les gusta y si no cometen alguna sugerencia(sean sutiles).
Gracias!... besos.

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