Jelous, Félix?; Feligette FF.

Introduccion; mision imposible.

Estaba cansada, de tanto rechazo por parte del rubio que hacía que su corazón saltase cuando le dedicaba la mirada sobre sus ojos azules.

Pero eran miradas de molestia, miradas llenas de un mar de palabras horribles en su contra que le dejaban con ganas de llorar y una presión en el pecho.

Pero lo soportaba, si quería ganarse el corazón de su amado se ahogaría en esas palabras solo para tenerlo a su lado. Pero todo era en vano, el jamás caería ante ella.

Pero para Marinette y Adrien, eso era posible. La pareja había decidido ayudar a la prima mayor de la azabache para poder verla feliz, por qué ella lo merecía.

Bridgette era una persona con un corazón gigante, una amable y tierna chica. Y eso les hacía preguntar por qué se había fijado en alguien como él hermano de Adrien.

— ¿Un plan?— la mayor azabache cuestionó levantando una de sus cejas. Marinette asintió entusiasmada y miro en dirección de Adrien.

— Dile, dile— lo alentó a hablar con emoción.

— El plan consiste en-

— ¡Pondrás celoso a Félix!

Adrien le dio una mala mirada a su novia. Bridgette vio a sí mismo a Félix, eran idénticos, solo la forma del cabello y los ojos pero quitando eso, no había diferencia. Claro, la personalidad de ambos lo decía todo.

— Lo siento, lo siento...— Marinette sonrió con vergüenza, una de sus características sonrisas en sus labios. Adrien sonrió con ternura.

Bridgette añoraba la relación de ambos, tan llena de amor sincero, tan joven y siento inexpertos. Sentía alegría por ambos.

— ¿Celoso? Chicos, les agradezco esto pero hablamos de Félix...

Marinette notó la tristeza en su voz lo cual le animó más a comenzar ese plan.

— Por eso mismo, nosotros sabemos que Félix siente algo por ti— le dedico una mirada de bondad.

"Como si eso fuera posible"

Y pareció como si el rubio hubiese leído su mente.— si, parece algo imposible pero muy profundo de su oscuro corazón, te soporta.

— ¡Adrien, eso sonó mal!

— No quería de-decir eso, yo... Lo siento— miro a otro lado nervioso, las palabras salieron rápidamente de sus labios.

— Esta bien— la de coletas largas tranquilizo con una sonrisa triste.— No vivo de ilusiones. Sé cuál es mi realidad con Félix.

— ¡Pero eso va a cambiar, tu pondrás celoso a Félix y después lo enamoraras!

Adrien asintió apoyando a su novia con el mismo entusiasmo.

— Chicos, muchas gracias— le cautivaba que la pareja tratase de ayudarla en una misión imposible y lo apreciaba.

— No hay de qué, primita. Verás como Félix arde en llamas por los celos.

Era el comienzo de una misión imposible, pero no había nada que perder.