¿Por qué a mí?

11 5 3
                                    



Estoy algo nerviosa por saber qué es lo que me sucede, hoy me he levantado con una sensación un poco rara pero el día está tan hermoso que no me lo voy a tomar como algo malo o un presentimiento como la gente dice. El coche de papa tiene un olor a limpio y es muy reconfortante, siempre es así. Ya llegamos al hospital y noto la cara de preocupación de mis padres, espero que este todo bien conmigo. Pasamos a la consulta y allí se encontraba Alice, mi doctora; es muy amable y una gran persona, además de ser amiga de mama. Algo en su cara el día de hoy no es normal; siempre nos recibe con una sonrisa pero ahora se ve muy afectada, espero que no esté pasando por un mal momento. Me miró; algo en su mirada no me cuadra.

-Laila puedes salir un momento, necesito hablar con tus padres- me dijo.

-¿Pasa algo, me sucede algo?- le pregunto.

-Sal un momento, después hablaremos- asiento con la cabeza y salgo de la habitación un poco preocupada.

Después de unos minutos sale mi madre como nunca antes la había visto, con el rostro lleno de lagrimas y me abraza tan fuerte que casi no puedo respirar; mi padre se une. En ese momento lo supe; no me encontraba bien.

-¿Que sucede?- pregunto.

-Que te diga ella porque yo no puedo- me dice mi madre casi sin poder hablar señalando a Alice.

-¿Que sucede Alice?- le pregunto con cara de preocupación y ya en un tono un poco más fuerte.

-Pasa y hablamos. Marc lleva a Leonor a por un poco de agua que se muy pálida- le indica a mi padre luego de invitarme a pasar.

Mi mente se quedó en blanco; por unos minutos, olvidé que me llamaba Laila y que tenía 19 años, todo en mi mente se borró por unos instantes. No podía creer lo que estaba escuchando ¿por qué a mí? ¿Por qué yo de entre todas las personas de este mundo? ¿Por qué una enfermedad terminal y no una simple gripe? ¿Por qué solo tres meses?

-Tres meses...tres meses- era lo único que mis labios sabían pronunciar.

Alice me miraba y por su mejilla se deslizaba una pequeña lágrima, al contrario de mi madre, que entraba por la puerta con el rostro bañado en lágrimas sujetada por mi padre que tenía los ojos rojos de tanto contenerse para no llorar. Ya basta. No puedo seguir aquí. Tengo que irme. Tengo que coger un poco de aire. Tengo que pensar.

Salí corriendo de aquella habitación, mi padre salió detrás de mí pero no logró alcanzarme. No sabía a dónde iba sólo seguí corriendo hasta que mis pies no pudieron más.


Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 14, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Más alláDonde viven las historias. Descúbrelo ahora