-Te quedarás aquí y no te muevas- dice un chico.
-Cómo me voy a mover idiota, estoy completamente amarrada a esta maldita silla- respondo furiosa.
Ellos se notaban tristes y decepcionados. No tenían apariencia de ser secuestradores.
-¡Porfavor, dejenme ir!- volví a insistir rompiendo el silencio.
-No podemos, y callate porfavor- responde uno de los chicos.
-¡Nunca me callaré!, mientras ustedes comen yo me quedo mirando como un perro esclavisado- grito furiosa.
-Es cierto, toma aquí tienes- y me pasan un pedazo de pan.
(...)
Ya no quería estar ahí, estaba aterrorizada, no sabía lo que querían de mí y si preguntaba no me darían ninguna respuesta, necesitaba planear algo para escaparme.
Y tenía la mejor idea para huír de una vez por todas.
Debía hacerme la inocente y prometerles que seré su empleada, así se descuidaran de mí y tendré la oportunidad de escapar.
(...)
Ya era muy muy tarde y aún seguía atada a la silla.
-Dormirás en una habitación de huespedes- dice un chico que estaba desatandome de la silla por fin.
-No quiero, yo quiero estar en mi casa, ¿por qué me hacen esto? Porfavor, dejenme ir, les daré dinero, lo que ustedes quieran, pero dejenme ir- les suplicaba llorando.
-No podemos, lo sentimos chica, pero fuistes elegida para ser nuestra empleada y espía-.
-¿Qué? Son unos...¡imbéciles!- grité llorando.
-Camina, debes dormir- dijeron y me llevaron a una habitación que olía fétido.
Me quedé callada y obedecí, necesitaba dormir y pensar en mi plan. ¿a caso estos malditos creen que seré su esclava? ¡están muy equivocados! .
Me acosté y empezé a llorar desesperadamente. Yo no puedo vivir así- pensaba.
Tenía los ojos inchados de tanto llorar y me levanté al baño a mojar un poco mi cara pero de mi mala suerte la puerta estaba con candado.
¡Idiotas!- Gritaba furiosa.
Me volví a acostar, y entré en sueño rápidamente.
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Hasta aquí este capítulo.
Bye...las quero!!
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