You're My Prince (Gay)

Nueva Ciudad, Nueva Vida, Nuevo... ¿Crush?

Adam 

Me llamo Adam, tengo 15 años y soy gay, me mudé a una ciudad llamada Guayaquil junto a mi familia para olvidar viejos recuerdos de mi madre... Sin más que decir comencemos.

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- Mamá, - Dije con la caja en que guarde mis cosas en mis manos. - ¿Donde es mi cuarto?

- Es aquí cariño. - Dijo llevándome al cuarto de Eduardo.

- Pero es el cuarto de Eduardo. - Dije molesto, no puedo creer que obliguen a compartir cuarto con mi hermano, que además es el gemelo de Verónica no mió. .- ¿Qué pasa si tengo un novio y queremos hacer... eso?

Mi familia sabe que soy gay, tengo mucha confianza en ellos y no les guardo muchos secretos; obvio lo hago pero esto no entra en eso.

- Yo no quiero ver eso. - Dijo Eduardo apoyándome, aunque que se le encantaría grabar la acción y volverme toda una ''Estrella'', me lo ha dicho siempre, quiero ser pero no de porno.

- Gracias. 

Mi madre se puso pensativa, comenzó a peinarse con sus manos y a acariciar su nuca, siempre hace eso cuando estoy por convencerla de algo.

- Ok. - Dijo luego de unos segundos. - Planeaba usar la habitación desocupada para las visitas, pero puedes usarla.

- ¿Enserio? - Dije emocionado. - Gracias. 

La abracé y ella me respondió el abrazo, mi madre es la mejor, ella es muy baja, con el cabello negro y la piel muy blanca, definitivamente salí a ella, excepto por los ojos que herede de mi padre, luego les contaré sobre el.

Fui a la habitación y dejé mis cosas ahí, me puse mi suéter de Hit Or Miss de Jacob Sartorius, unos jeans blancos, mis crocs negras y salí a recorrer el edificio en que vivíamos, obviamente no sin antes avisarle a mi mamá, al poco rato noté que tenían una cancha de basketball, junto con unos columpios y... !Espera columpios! Corrí hacia ellos, pero detuve al ver la cosa más perfecta de toda la creación, era un chico algo bronceado, con el cabello castaño oscuro, llevaba unos lentes de sol de aviador, una bermuda naranja, una playera blanca sin diseño y unos tenis del mismo color.

- Hola. - Me saludo sonriendo al notar que lo miraba como idiota. - ¿Te gustan las gafas?

- Si, donde las conseguiste. - Dije más nervioso de lo que había estado en toda mi vida.

- En el Mall Del Sol. - Dijo sacándoselas... Dios que ojos tan hermosos, eran color miel claro. - Si quieres pruebatelas.

Dios, comencé a temblar, parecía como si estuviera a mitad de una replica.

Cla-claro. - Dije tomándolas torpemente.

- Te quedan bien. - Dijo, sin quitar la sonrisa de su cara... Es mi idea o no ha dejado de sonreír desde que me vio. - Ahora dámelas. - Me las quitó de la cara mirándome fijamente, sin dejar de sonreír.

En ese movimiento rozó una de mis mejillas suavemente, sentí mi rostro arder y al parecer el también lo notó.

- ¿Qué sucede? - Dijo levantando una ceja. 

- Nada, - Respondí. - Solo me pongo muy nervioso cuando conozco a gente nueva.

Sonrió de nuevo y me invitó a sentarme el los columpios junto a él, lo cual hice. 

- ¿Eres nuevo?

- Si, lo soy.

Me quedó observando un rato, yo intentaba no mirarlo a la cara, pero tomó mi barbilla y giró mi cara hacia el.