"Despedida"

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Te miraré a lo lejos, pondré distancia entre nosotros pero nunca podré olvidarte, porque fuiste de esas personas que sin buscarlas llegan a tu vida y le dan un pequeño toque de luz, no pretendo regresar al menos hasta que sepas bien lo que quieres, las heridas son profundas nos amamos tanto que ahora nos estamos olvidando, el destino nos falló y se puso en nuestra contra, nuestro amor no resistió, se rompió como burbuja y se esfumó como la espuma.
Te miraré de lejos, pensaré en ti a cada instante, te cuidaré sin que lo sepas y estaré contigo aunque tú no lo veas, me convertiré en el anónimo de tu vida y en la suerte que te siga, seré la sombra de tu vida que te siga noche y día.
Quizá no hubiese funcionado nunca, nadie sabe. Quisiera haberte conocido en otro momento, en otra vida quizá. Cuando nuestros corazones sean más grandes y con unas almas transparentes. En un momento donde la vida nos permita conocernos de nuevo y enamorarme de un nuevo tú, y tú de una nueva versión de mí misma. Me queda la seguridad de que todo sucede por una razón. Aunque inexplicable por ahora, pero sí estoy segura de que existe algo más grande que ordena y le da a todo su lugar indicado: el tiempo. Y, si este no nos une, entonces, me quedaré con la satisfacción de que al menos valió la pena haberlo intentado. Pues confío que, con el tiempo, te recordaré con cariño, quizás con amor, pero con ese amor limpio, humilde, sincero. No ese amor celoso, ni rencoroso; pues dicen que si algo te hizo feliz en algún momento, entonces no fue un error. Y, para mí, no fuiste un error. Planeo recordarte así, sin dolor ni rencor. Y espero que tú también hagas lo mismo, pues sé que nunca te hice daño. Lamento ser yo la circunstancia, quien te ayudó a crecer. Quien te ayudó a ser ese hombre maravilloso que estás destinado a ser, cuando tú lo desees, pero que yo no podré disfrutar. Lamento ser yo la novia perfecta para el novio incorrecto, y quien te ayudó a valorar lo que otros hacen por ti. Lamento ser yo la mujer correcta en el momento equivocado. Lamento ser yo, la persona que te cambió, pues quizás no sea yo quien viva tus cambios. Quizás no te dije suficiente, o quizás dije de más. Incluso, nunca terminaré de expresarme; pues es irónico que un corazón roto aún tenga tanto por decir. Pero ojalá puedas comprender que lamento ser yo quien quisiera conocerte en otro tiempo.
Lamento ser yo la mujer correcta en el momento equivocado!

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