Mamá piensa que estoy loca. Cree que porque no puedo mantener mis manos en paz por cinco segundos tengo algo serio.
¡Pero semejante ridiculez inventa! Al menos, para mi lo es. Desde el día que lloré sin razón alguna (para mi si existía una) cree que es necesario un psicólogo.
Pero no estoy loca. Eso me consta. Quizá lloré porque ya no soportaba el peso de todo lo que sentía. O porque hubo un recuerdo malo, muy malo, que me hizo sentir así. Mamá nunca lo entendería, el porqué de mis sentimientos tan raros, de mi descabellada mente.
Hay veces en que no puedo estar siempre con una sonrisa. Soy humana, tengo que destrozarme de vez en cuando. No siempre voy a estar bien.
Hoy no soñé ese rojo que me trae loca. Hoy no hubo paz en mi.
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Rojo Carmesí
Short StoryTessa era una muchacha observadora, callada pero siempre con una revolución por dentro. Buscaba, de manera silenciosa, el porqué de muchas de sus cuestiones al ver cada día que era más corto que el anterior. Nadie más que ella lo notaba, y era raro...