Sin marcha atrás

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Jamás imaginé llegar a encontrarme en esta tesitura, tú bien lo sabes. Bien sé que siempre dije que estoy en contra de tener una relación a distancia, por el hecho de ser alguien muy afectiva y que necesita cariño constante. Sé que dije que si conocía a alguien de fuera y veía que me iba gustando, cortaría de raíz, lo tenía muy claro.
Lo que no tenía tan claro es que tú fueras a aparecer en mi vida de esa manera y que ibas a llenarme tanto.
No estaba previsto que pasara lo que pasó, que surgiera al vernos por primera vez y convivir unos días juntas.
Desde el primer abrazo supe que ya no podía hacerlo, ya no podía alejarme, supe que me iba a tener que tragar mis palabras una a una, y también sabía que esto tarde o temprano iba a ir a más.

Me atrae la gente rota, supongo que por el hecho (muy egoísta, por cierto) de que necesito sentirme importante e impredecible en la vida de esa persona, necesito saber y sentir que me necesitan, que sin mí no pueden. Y las personas rotas suelen necesitarme de esa manera, es una forma de sentir que soy útil para alguien, que soy necesaria.

Supongo también que por ese motivo me dejaron también mis dos últimas parejas. Las encontré cuando estaban totalmente rotas y me necesitaban, y cuando dejaron de estarlo (gracias a mí, todo hay que decirlo) dejaron de necesitarme y me cambiaron cual cromo de fútbol en un patio de colegio.

Cuando antes dije que esto iba a más, me refería a mis sentimientos hacia ti, ya que me has dejado claro por activa y por pasiva que no quieres nada que tenga que ver con el amor, que además estamos muy lejos y para más inri estás enamorada de otra, razón por la cual yo tampoco aceptaría tener nada serio. Ilusa de mí.

Todas esas razones chirrían más tarde con tu forma de tratarme, con las cosas que me dices y con la gran necesidad de mí que dices tener y que espero que me demuestres viniendo pronto.

Creo que en realidad todo se trata de miedo. Ambas lo tenemos, aunque supongo que yo soy más valiente que tú y todavía me quedan fuerzas para arriesgarme y que me rompan una vez más.

Perdiéndome en tu caosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora