Miedos. Los tuyos. Los míos. Los nuestros.
Se podría decir, y no andaría muy descaminada, que tú no eres 70% agua como el resto, tú eres 70% miedos y 30% inseguridad y decepción.
Tus años se cuentan por daños, y no por números.
No confías en nadie, te han hecho tantas promesas falsas, te han dicho tantas palabras importantes que al final resultaron mentira, te dijeron tantas veces que se quedarían y tardaron dos días en irse, que se te hace imposible volver a confiar.
Posiblemente esto sea como el cuento de "que viene el lobo". Te creíste tantas veces que lo que te dijeron era verdad cuando no lo era, que cuando sea de verdad no lo vas a creer y perderás la gran oportunidad de vivir algo bonito.
No quieres creerme, no quieres confiar en mí, no quieres abrirme de par en par las puertas de tu corazón, porque sabes que en cualquier momento puedo hacer como los demás y romperte en mil pedazos otra vez. No quieres volver a correr ese riesgo, pero perdona que te diga.. lo estás haciendo.
Me costó muchísimo que te abrieras, llegó un punto que por miedo absoluto volviste a cerrarte con triple cerradura nueva.
Sufrí, pataleé y me quejé hasta que demostré que quiero perderme en tu caos, que no me importa cuán rota estés o cuántos demonios tengas dentro. Me haré su amiga y los engañaré para que se vayan de vacaciones, y ahí cambiaré la cerradura para que no puedan volver a entrar. Mi ímpetu e insistencia hizo que volvieras a ceder, que volvieras a caer, volviste a bajar la guardia y me diste las llaves que de nuevo abrían esas puertas a tu corazón.Estás volviéndotela a jugar por alguien, te la estás jugando por mí, y en esta partida nadie va a perder.