Capítulo 9, parte 3.

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Cuando me desperté, estaba sola, y me creí que Niall se había ido a su casa ya. Me puse triste, no se había despedido. De repente, suena la puerta de mi cuarto, y aparece él con una bandeja que tenía el desayuno.

“Buenos días, marmotita.” Dijo, sonriendo. “Te he hecho el desayuno.” Me dejó la bandeja en mis piernas y se sentó al lado mía.

“Muchas gracias Niall, me creía que te habías ido sin despedirte...” Me dio un beso en la frente.

“No me iría sin despedirme de ti, monada. Bueno, rectifico; si fuera por mí, no me iría nunca.” Me guiñó un ojo.

Le di un beso y empezé a acariciarle el cuello. Me gustaba, y parecía que a él también.

“¿Tú has desayunado?” Le pregunté, aunque no creo que hubiera comido nada.

“No, no tengo mucha hambre Diana.”

“Coge un poco de aquí, anda.” Y le ofrecí un poco de mi tostada.

“No, de verdad cariño, come tú.” La cogió y la puso en mis labios.

Después de desayunar, fui a llevar la bandeja con los restos del desayuno a la cocina, y Niall me acompañó de la mano hacia abajo.

“Hola, Diana.” Mierda. Mi madre se había despertado ya.

“Ho...hola, mamá.” Miré a Niall y le solté la mano. “Este..este es Niall.” Le dije, tocando su hombro.

“Hola, señora, buenos … buenos días.” Tartamudeaba un poco. Se notaba que estaba nervioso, bueno,¿quién no? Le había pillado totalmente por sorpresa, con una camiseta y unos pantalones de Pablo.

“Ya me ha explicado Pablo todo lo que pasó, y que tú y este chico.. bueno, tenéis una relación.” Me sonrió.

Una relación. Que raro sonaba eso. Niall y yo no teníamos una relación, él no me había pedido nada ni yo a él tampoco. Pero la verdad que pareja si éramos.

“Bueno, vamos a dejar esto en la cocina y nos vamos para mi cuarto, mamá.” Le enseñé el desayuno y se rió.

“Vaya, así que Niall cocina también, ¿no? Un buen partido, hija.”

Todo el mundo decía lo mismo, Pablo, mi madre... Aunque decían la verdad. No podía haber encontrado un partido mejor que Niall, era simplemente perfecto.

“Bueno señora solo cocino un poco...” Se rió por lo bajo y se sonrojó.

“Jajajaja, anda iros para arriba, tortolitos.” Esto es lo que odiaba a veces de mi madre, de su forma de ser. Que siempre decía todo tal y como lo veía, y me daba vergüenza que me llamara 'tortolito' con Niall.

“Uf, menos mal que le he caído bien a tu madre, eh.”

“¿A quién no le caes tú bien , Niall?” Le pregunté, sentándome en la cama.

Él se rió y se echó encima mía, abrazados los dos. De repente, sentí unas ganas enormes de sentirle más dentro de mí. Pero no, era pronto todavía, pensé.

“Niall, ¿que vas a hacer hoy?” Le pregunté, cambiando de pensamientos en mi cabeza.

“Bueno, quería quedar con unos amigos...¿vale?” ¿De verdad tenía que preguntarme? Claro que podía, yo también quería quedar con María y las chicas.

“Claro que puedes imbécil, yo quedaré con Olivia, María y Amy.” Pensé, sonriendo.

“Pero sin chicos, eh. Que te estoy vigilando, tú provocas mucho con este cuerpazo.” Me tocó los brazos, y yo empezé a reír. Tenía cosquillas por todo el cuerpo, prácticamente.

“Bueno, si yo provoco, habló el feo..” Le dije, aparentando estar un poco enfadada, aunque por dentro me reía bastante.

“Tú provocas más, nena.”

“No Niall, a ti te quiere medio instituto.”

“¿Y?” Me dijo, y empezó a darme pequeños besos en los brazos y en el cuello. Me encantaba eso.

“Pues que tú provocas más que yo, y se acabó.”

“Ui, que se enfada y todo. Eres imbécil.”

“Sí, pero soy TÚ imbécil.” Me salió solo, fue lo que pensé cuando dijo 'imbécil'.

“Eso está claro, y sólo mía.” Me dio un apasionado beso en los labios.

“Bueno, me tengo que duchar.” Le dije, para que se levantara y pudiera ir a ducharme.

“¿Te espero o me voy mientras te duchas?” Me preguntó, quitándose la camiseta para ponerse la suya. Yo me perdí en sus grandes pectorales, que hermosos eran.

“Vete cuando quieras, no hace falta que me preguntes.”

“Pues te espero aquí, entonces.” Me dijo, sentándose en la cama y cogiendo su móvil. “Quiero verte una última vez antes de irme con mis amigos.

Le besé en los labios, y fui hacia el baño.

“Eres adorable, Nialler, ¿puedo llamarte así?” Le dije.

“Si eres tú, me da igual como me llames, preciosa.” Me guiñó un ojo.

“Vale, Nialler.” Le correspondí el guiño y me fui.

Fui hacia el baño mientras Niall cogía su móvil.

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