Capítulo 7, parte 2.

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Al irse Olivia de mi casa, entré en mi cuarto y al acercarme al armario,se podía oír a Niall riéndose en el armario. Pensé en qué estaría pensando, por qué se reiría. Me senté en mi cama, con los pies colgándome, sin llegar al suelo.

“Niall, ya puedes salir del armario.” Dije, y me acompañó una sonrisa.

“Ja,ja,ja.” Rió él con tono irónico. “Muy gracioso, Diana.” Y se acercó a sentarse conmigo.

Me miró con esos ojos azules, se sentó tan cerca mía que nuestras piernas podían rozarse. Estaba muy nerviosa, no sabía que decirle. Pensaba en preguntarle si seguía curandole las heridas, el resultado de defenderme de aquel bestia que no me dejaba en paz. Pero él se adelantó en hablar, en cortar todos mis pensamientos.

“Oye...”Niall parecía tímido de repente.” Nosotros podríamos...” Yo ya sabía a lo que se refería. No, no podíamos. Era imposible, somos muy diferentes.

“Lo siento Niall, hay muchos contras, tendría que... “No me dio tiempo de seguir, porque Niall me cortó con un beso en mis labios.

Yo no sabía que hacer. ¿Le besaba? ¿Me quedaba quieta? Era todo muy difícil, estaba en shock. No podía pensar en María, no ahora.

Quité todos mis pensamientos de un golpe y moví mis labios para seguir besándole. Sabía que después me arrepentiría, pero joder,era perfecto. El chico sensiblón de ojos azules, tan precioso como era, me estaba besando. No me lo podía creer. Sentí un cosquilleo, como mariposas en el estómago.

El beso no duró mucho pero, fue romántico, perfecto. Dios, que me estaba pasando. Me estaba gustando Niall. Y no podía gustarme Niall, no. Eso sólo causaría problemas. Pero joder, ese beso fue increíble e inesperado.

Niall no dijo nada más después del beso, recogió sus pocas cosas y me dijo un 'Adiós' con una voz preciosa, acompañados de una sonrisa aún más preciosa.

Estuve todo lo que quedaba de día pensando, por la noche me puse a pensar en todo lo sucedido aquel día. Primero, no sabía que hacer con María. ¿Se lo digo? ¿No se lo digo? Sé que le sentirá mal, muy mal, pero es mi amiga, debería contárselo... Pero no quería que se enfadase conmigo, su amistad era más importante. Después estaba el tema de Niall. ¿A qué había venido ese beso? Yo no me lo esperaba, pero fue increíble. Y eso es malo. No podía gustarme su beso, no de Niall. Y por último, el tema del acosador, Max. Estaba en mi clase, me veía todos los días, no podía huir de él. Después de estar un tiempo más pensando en todo, me quedé dormida.

Sonó el despertador a las siete y media de la mañana, un viernes. Me levanté de la cama sin fuerzas, queriéndome dormir otra vez. Me dirigí al cuarto de baño dispuesta a lavarme la cara, cuando me fijé que tenía un mensaje en el móvil. Antes de ir al baño cogí el móvil y vi algo que me dejó asombrada: un mensaje de Niall. ¿Cómo había conseguido mi número?

De Niall:

“Tranquila Diana, Max no va a volver a acercarse a ti, tenlo por seguro. Si te vuelve a decir algo, solo grita y me tendrás ahí. Ah, y buenos días. Xxx”

Me quedé sin habla. ¿En serio? Se me escapó una sonrisa al pensar en el mensaje. Mierda, no, sonrisas no.

Me fui al cuarto de baño, me lavé la cara y me dispuse a elegir la ropa que me pondría para ir a las clases. Cogí una sudadera, los vaqueros y mis Vans negras.

Salí de mi casa, y para mi sorpresa, en la acera de enfrente estaba él, el acosador, Max.

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