Cerberus

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Introducción~

Pura histeria. Tal vez esto es lo que sentimos cuando nos damos cuentas de que nuestras vidas están programadas. Tal vez hasta podría decirse que no tienen sentido. Vamos y venimos, formando parte de un sistema que nos condiciona, comandado por los que más tienen ¿No es esto acaso una ironía? Los que más trabajan siempre terminan pagando por sus errores… Nunca fui, ni seré del tipo filosófico, pero hay momentos de la vida en los que es necesario detenerse a pensar y preguntarte que es lo que te impulsa a seguir viviendo.

La mayoría, como yo, solo tienen miedo de la muerte; es natural temer a lo desconocido después de todo. Otros, en un arrebato de codicia, sencillamente quieren obtener más dinero o más poder. Algunos incluso se afirman en la esperanza de que están cosechando dones espirituales que trascenderán incluso más allá del descanso eterno (estos, tal vez, sean los que aspiran a lo más valioso, al menos desde mi punto de vista).

Pero aún así esto no es para mí; ninguna de las ambiciones que otros hombres tienen puede cerrar este agujero que acaba de formarse en mi estómago. Es realmente asfixiante saber que no vivo porque quiero, sino sencillamente porque puedo. No es que ame la vida; por el contrario, odio la muerte. Me deja con el ánimo contrito… Pero al menos termino por aceptar mi realidad, al menos acepto lo que soy.

Mis  orbes, perdidas entre una multitud de colores se mantienen impasibles, sin distraerme de lo que ocurre en mi mente. Es pura tensión allí dentro, como si quisiera estallar en un arranque psicótico en cualquier momento; la confusión a veces puede ser más dura de lo que parece. Poco es el placer que encuentro en esta actividad, pero es necesaria.

Lentamente la voz de Morfeo me va llamando a sus brazos, y con resignación, me entrego, esperando que todo esto quede en el olvido al día siguiente.

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