Buenas nuevas

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Elina trabaja como secretaria del director editorial de la casa editora más grande y famosa del país, ya llevaba un buen tiempo trabajando ahí, tenía sus ventajas tener un buen tiempo estando en un puesto muy alto; el director, su jefe llamado Arthur, le tenía mucha confianza y aunque tuviera el doble de edad que Elina, se hablaban como si hubieran estudiado juntos en el colegio.

Eran la 1 pm y ya le tocaba la hora del almuerzo, ella se encontraba chateando con su amigo de la infancia, Lorenzo, un chico muy divertido y cariñoso, él trabajaba como economista en una empresa de marketing.

Se contaban de todo, no habían perdido comunicación después de la graduación, pero desde entonces no se habían visto ya que Elina tuvo que mudarse al norte para estudiar la carrera que ella quería y Lorenzo se fue del país gracias a una beca para estudiar en el extranjero.

Elina: Hola Enzo

Lorenzo: Elina, hola ¿Cómo estás?

Elina: Bien bien, gracias y tu?

Lorenzo: Muy bien, aquí hace mucho calor, estamos en verano ahora y tengo una semana vacaciones, para serte específico estoy en la piscina y temo que se me resbale el celular de las manos

Elina: Jaja espero que no Lorenzo, antes de dejarte para que te sigas refrescando te tengo que contar algo!

Lorenzo: Dios Elina, dilo ya

Elina: Pues, ya sabes he estado trabajando mucho y me agrada mi trabajo, pero no sé... siento que esto de ser secretaria y peoraún, del gerente, que es un cargo elevado, me dan muchas responsabilidades y a veces siento que mi cabeza va a explotar 

Lorenzo: Elina, ya te dije que te tomes unas vacaciones unas mil veces 

Elina: Mira, yo también lo he pensado pero no lo sé

Lorenzo: Aprovecha que tienes a un buen jefe y pídele un vacaciones... Elina, yo sé que te lo va a dar sin ningún problema... además no pierdes nada con pedírselo, eres una buena secretaria y por nada del mundo te despediría y menos por reclamar lo que te corresponde

Elina: Uff, gracias Lorenzo, regresando a mi jornada hablaré con él

Lorenzo: Que te vaya bien eh, chau cuídate

Elina: Gracias, tú también


Y ahí estaba Elina, viendo a su jefe a través de la inmensa ventana de su oficina, estaba a solo un metro de la puerta. 'Es ahora o nunca, vamos tú puedes' se dijo Elina.

Tocó la puerta y se escuchó la voz de Will, su jefe 'Adelante' dijo él.

-Ah hola Elina, qué tal
-Buenas tardes señor Moore, pues mire... - me interrumpió y me pidió que me siente -... bueno, usted sabe que ya llevo años trabajando aquí y me gusta mi empleo y el lugar en el que trabajo, siempre me ha gustado mucho la literatura, escribir, crear historias, ya me entiende.

El trabajo de Elina no constaba solo en ordenar papeles, revisar la agenda de su jefe y atender las llamadas, ella leía gran parte de los borradores que llegaban a la oficina, esas historias las cuales llegaban impresas en muchas hojas blancas pero que muchas de ellas no llegaban a ver la luz; su trabajo también era darle una opinión acerca de los libros que William Moore tenía que considerar para publicar en la editorial, ella era su mano derecha.

-No siento que estés siendo muy sincera Elina ¿Qué sucede? - le preguntó Will

Elina suspiró - Bueno, la verdad es que estoy muy estresada por todo el trabajo, pero no me quejo pues tengo un buen sueldo y me va bien en la vida personal

Yo juroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora