Capítulo 1: Hemos llegado ...

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        En el pueblo Los Naranjales, específicamente en La Casa de Adoración, la cual se halla al lado de la casa alcaldía, justo al frente de la plaza pública se podían ver a adeptos entrando a dicho templo, muchos de ellos vistiendo ropa de negro en señal de luto. Muchos lloraban, otros consolaban a sus seres queridos. Al entrar se podía ver justo en el altar expuesto un cadáver en un humilde féretro. Varias flores puestas en corona hacían alusión a la persona expuesta. "Siempre te Recordaremos", "Abelardo Nieves, gracias por ser nuestro gran guía", "Que el Altísimo te acoja en su reino", eran alguno de los mensajes alusivos al cadáver expuesto en capilla ardiente. Un expuesto octogenario, de flaca contextura, un tanto desmejorado por la edad y con semblante un tanto sonriente se veía sobre un ataúd hecho en madera tratada, que todo el pueblo aportó como muestra de gratitud y cariño hacia su persona. Frente de sí yacía un cajoncillo para las ofrendas, hecho de madera y paja. La gente se postraba en aquel féretro para darle su último adiós, muchos de ellos sollozantes y luego daban una pequeña aportación como ofrenda. Otros se postraban frente al féretro haciendo guardia en honor a su memoria. La noticia sobre la muerte del Gran Guía Nieves había estremecido a todo el pueblo, pues por casi 50 años estuvo liderando La Casa de Adoración y el mismo era muy querido por toda la comunidad. La gente del pueblo narraba grandes anécdotas sobre el Gran Guía Nieves, pues durante su juventud luchó ferviente y tenazmente a favor de los derechos de la gente con menos posibilidades del pueblo Los Naranjales. Fue senador por casi 16 años y desde ahí logró muchos adelantos para su pueblo natal. Hombre totalmente desentendido con la acumulación de riquezas, nunca tuvo hijos y siempre estuvo al servicio de la comunidad. "Sin duda alguna su muerte es una gran pérdida para nuestro pueblo", vociferó un compueblano a otro sentado en las bancas de La Casa de Adoración.

        Mientras tanto, en las afueras, por la plaza pública se puede ver aproximarse un hermoso carro antiguo y un tanto misterioso, tinteado, de color negro y muy bien cuidado. Era un Cadillac Town Sedan 1928 perfectamente conservado, quien se detuvo, oyéndose aún el motor, se alineó justo al frente de La Casa de Adoración, donde la gente entraba y salía de allí. Un agente de la policía municipal, quien ayudaba con el tránsito, notando la llegada de aquel auto y que el mismo estaba tinteado, se aproxima y le toca con precaución el cristal del chofer. El cristal se baja a media, dejándose ver un hombre se aspecto extraño. Se notaba que vestía una camisa manga corta color negro y que el mismo tenía un buen aspecto físico. Este era un hombre maduro de cabellera oscura y alargada, muy bien recogida, a la altura de los hombros, una barba arreglada, mirada un tanto penetrante y una chiva alargada, estupendamente arreglada también. Traía además unas gafas, las cuales se quita para dirigirse al policía.

- Hombre extraño: Muy buenos días oficial (notando su "name tag"), Santiago. ¿Cómo se encuentra en la mañana de hoy?

- Agte. Santiago serio: Me encuentro muy bien caballero. Los tintes de su auto andan muy oscuros. Licencia y registración del vehículo, por favor.

- Hombre extraño: Oh si, como no. (buscando en el asiento del pasajero), tenga, por aquí tiene buen hombre (le hace entrega de los documentos requeridos).

- Agte. Santiago revisándolos: Oh ya veo, con que tiene autorización médica para andar con tintes en su auto, aunque no se especifica el diagnóstico, Sr. Dominik Arzajar.

- Dominik: Arzahar, la h al ser muda no suena.

- Agte. Santiago: Dominik Arzahar, veo que tiene sus papeles en orden y...

- Dominik con semblante serio lo interrumpe: Con que el gran guía falleció, oh es una pena pues era un gran hombre, lastima, la vida continúa. Será duro la vida cotidiana sin él.

- Agte. Santiago: Eso es así Sr. Dominik, bueno, no debería estar aquí, esto es un estacionamiento privado, si quiere bajarse puede hacerlo más adelante, en la zona designada. Por cierto, bonito auto, ronronea como un gatito.

- Dominik: Muchas gracias agente, que pase bonita tarde (cerrando éste la ventanilla del auto).

Estando éste dentro de su auto se sonríe malévolamente.

- Dominik: Muy bien maestro, ¿ya tengo su siguiente manjar?, pues veo que este pueblito no está nada mal, jajajajajaja. (sus ojos por un instante se oscurecieron, volviendo rápidamente a la normalidad).

        Poniendo en marcha su auto, mirando por el espejo que tenía de frente, se percata de una presencia misteriosa que no deja ver claramente su identidad pues la misma se nota difuminada.

- Presencia Misteriosa: Jajaja recuerda tu deuda hacia el maestro y tu manera de pagarla también, Dominik.

        Tales palabras retumban por todo el interior de aquel auto que hace que este voltee hacia atrás un tanto preocupado. Esa presencia se difumina y se adentra por sobre el cuerpo de Dominik. Éste como que la siente dentro de sí, volviendo a sonreír malévolamente, sus ojos vuelven a tornarse en un negro intenso, moviendo su cuello de lado a lado.

- Dominik: Hay que ver quién es el pobre diablo de Abelardo García y conocer muy bien mi nuevo aposento y mi próxima y renovada congregación.


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⏰ Última actualización: Sep 07, 2016 ⏰

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